En esta unidad nos enfocaremos en la edad adulta que va de los 20 a los 64 años, la cual, como verás más adelante, es sumamente importante, no sólo por los cambios físicos que experimentan los hombres y mujeres, sino porque también se obtienen roles sociales y responsabilidades familiares.
Si tú como personal del sector de salud deseas prevenir complicaciones en el futuro, es necesario que tengas en cuenta que cuando una persona llega a la adultez, ya tiene una trayectoria de vida, es decir, cuenta con hábitos y costumbres que le han inculcado desde la infancia y que ha consolidado durante la adolescencia. A pesar de que la edad adulta podría ser considerada como el momento en el que se ha alcanzado la “mayor salud”, si su estilo de vida no es adecuado, podrían empezar a desarrollarse enfermedades crónicas que impactarán hasta la etapa de adulto mayor, por lo que debemos detectar aquellos hábitos no saludables para cambiarlos.
Si, además, una persona adulta decide formar una familia, es necesario tomar en cuenta que compartirá su trayectoria de vida junto con otra persona y, por ende, los valores, creencias, costumbres y estilos de vida serán diferentes, por lo que ambos deberán esforzarse en ser saludables para su futura descendencia y estar preparados para enfrentar distintas transiciones durante su curso de vida.
A esta edad se debe aprovechar cualquier ventana de oportunidad para promover un estilo de vida saludable, tanto para prevenir complicaciones en el presente y futuro como para influir positivamente si es que se decide formar una nueva familia.
Conocer este tema te servirá en tu práctica profesional, ya que al identificar cómo el estilo de vida de las personas impacta en la situación de salud, entenderás las principales causas de morbilidad y mortalidad en mujeres y hombres adultos.
Pxhere. (2018). Adultos pareja [fotografía]. Tomada de https://bit.ly/35gMMWv
Pxhere. (2017). Adulto en escritorio [fotografía]. Tomada de https://bit.ly/2AVNYAM
Pxhere. (2017). Abrazo [fotografía]. Tomada de https://bit.ly/2LZzkOY
Ogutier. (2018). Mujer joven [fotografía]. Tomada de https://bit.ly/2p5bSa4
Pxhere. (2017). Familia [fotografía]. Tomada de https://bit.ly/30UWoCL
Pxhere. (2018). Adulto [fotografía]. Tomada de https://bit.ly/2p2zjkr
Identificar la situación de la salud de mujeres y hombres adultos de 20 a 64 años en México, considerando los aspectos biológicos y las características psicosociales que repercuten en el estilo de vida de este grupo de edad.
La adultez, dentro del curso de vida, es el periodo que sigue después de la adolescencia, la cual queda comprendida entre los 20 y los 64 años de edad aproximadamente, y constituye una fase extensa dentro del curso de vida, el cual presenta tres subetapas; para esta unidad de aprendizaje, únicamente haremos énfasis en las dos primeras:
Elaboración propia, con base en el Departamento de Psiquiatría. (s. f). Periodos de desarrollo
de la primera edad adulta y de la edad adulta intermedia [esquema]. Tomado de
https://bit.ly/3heDl1f
En la siguiente tabla puedes observar las características que marcan cada subetapa:
Elaboración propia, con base en el Departamento de Psiquiatría. (s. f). Características de las
dos primeras subetapas en la edad adulta [tabla]. Tomado de https://bit.ly/3heDl1f
En conclusión, tanto hombres como mujeres cuentan con las siguientes características (Jiménez, 2012):
En general, a lo largo de todo el curso de vida, una persona siempre está en contacto directo con los determinantes sociales de la salud, los cuales intervienen en el desarrollo de diversas patologías, por lo que es de suma importancia que conozcas los que se relacionan y afectan a la vida adulta.
“Los determinantes sociales de la salud son las circunstancias en las que las personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen, incluido el sistema de salud. Estas circunstancias son el resultado de la distribución del dinero, el poder y los recursos a nivel mundial, nacional y local, los cuales dependen, a su vez, de las políticas adoptadas por cada país. Lo anterior explica la mayor parte de las inequidades sanitarias (diferencias injustas y evitables de la salud, observadas en y entre los países)” (Organización Mundial de la Salud, 2020).
En el México actual, la forma de vida de las personas sigue siendo muy distinta según la clase social, sexo, entre otros; esto, en gran medida, se relaciona a los determinantes sociales de la salud. Así que el nivel de salud de una población no depende únicamente de los individuos o directamente de los servicios de atención sanitaria, sino de todo un conjunto de condicionantes a los que se ven expuestos.
En el siguiente esquema se observa cómo se relacionan los determinantes sociales de la salud, y más adelante te explicamos los que más impactan en la salud de los adultos.
Elaboración propia, con base en González, Castro y Moreno. (2011). Marco de las principales
categorías y vías de acción de los determinantes [esquema]. Tomado de Promoción de la salud
en el ciclo de vida de https://bit.ly/3yVZveN
Determinantes estructurales de las desigualdades de la salud
Se generan primordialmente de la clase social; desde aquí, la forma de vida se va afectando en cada uno de los siguientes aspectos:
Se genera a partir de los ingresos económicos que cada persona obtiene. En México, una parte de la población vive con el salario mínimo, lo que tiene repercusiones que se ven reflejadas en la calidad de la alimentación, vivienda, educación, salud, entre otros.
“El género se refiere a los conceptos sociales de las funciones, comportamientos, actividades
y atributos que cada sociedad considera apropiados para los hombres y las mujeres”
(Organización Mundial de la Salud, 2020).
Los modelos construidos socialmente también influyen, ya que generan diferencias en las
oportunidades de trabajo y educación entre hombres y mujeres. Además, hay enfermedades que se
presentan más en un género por conductas sociales. Por ejemplo, en el caso del VIH, hay más
hombres que mujeres afectadas, y esto se debe a las conductas sexuales de alto riesgo como
usuarios de drogas intravenosas, hombres que tienen sexo anal, entre otros (Centro Nacional
para la Prevención y el Control del VIH y el SIDA, 2020).
El empleo y las condiciones de trabajo tienen efectos importantes en la equidad sanitaria.
Cuando son buenos, aportan seguridad financiera, posición social, desarrollo personal,
relaciones sociales y autoestima; además, mejoran el acceso al sistema de salud y protegen
contra los trastornos físicos y psicosociales (Organización Mundial de la Salud, 2020).
Dado que de aquí se derivan los ingresos y recursos materiales, esto determina el nivel de
vida. Además, en una gran parte del país aún se sigue considerando al género masculino como
la fuente de trabajo principal y, por tanto, su exposición a riegos laborales será mayor de
acuerdo con el tipo de trabajo que tenga.
La educación mejora la vida de una persona, ya que otorga herramientas que permiten aumentar tanto conocimientos como habilidades, y esto, a su vez, incrementará el desarrollo profesional, social, familiar y personal. Además, generalmente cuando en una familia los padres tuvieron una educación superior, ellos querrán que sus hijos también estudien, y esto evitará que se incorporen al trabajo a edades muy tempranas, en trabajos peligrosos y con jornadas excesivas.
Determinantes intermedios de la salud
Se refieren a las circunstancias individuales de las personas, posesiones materiales, la cohesión social y el vínculo con los sistemas de salud (la cobertura, acceso, disponibilidad, calidad y costos).
Incluyen a los estresores psicosociales, por ejemplo, si el apoyo de las redes familiares y sociales (como los amigos) de una persona es fuerte, es menos probable que ésta tenga adicciones; si vive bajo estrés, puede ser un desencadenante para enfermedades cardíacas, y si tiene alguna enfermedad como depresión, puede terminar dañando su salud física, etcétera.
Hablamos de la predisposición genética (ADN) y del estilo de vida de cada persona (hábitos que tenemos en la vida cotidiana, por ejemplo, fumar o tomar alcohol, así como la alimentación).
Se entienden como las condiciones del ambiente físico que rodean la vida cotidiana de las personas, tales como vivienda, alimentación, saneamiento, trabajo, transporte, entre otros (Instituto Nacional de Salud Pública, s. f). Por ejemplo, en nuestro país, 2.5% de los hogares tienen piso de tierra, y 20.5% cuentan con fosa séptica o están conectados a una tubería que desemboca agua (ENSANUT, 2018). Compara esto con otra persona que tiene un buen sistema de drenaje y de pavimentación ¿cambiará la calidad de vida que van a tener las personas?: por supuesto.
Los determinantes sociales influirán en la calidad de vida de una persona, concepto difícil de definir debido a todos los componentes que tiene; sin embargo, todos se conjuntan en el bienestar individual. Se pueden considerar cinco dominios principales de bienestar y son los siguientes:
Como personal del sector salud, debes identificar que dentro de los determinantes sociales de la salud puedes intervenir en uno de ellos: el “estilo de vida”. Si una persona es capaz de modificar sus hábitos o atender las recomendaciones que le des para tener una vida saludable, muy probablemente su estado de salud mejore.
De acuerdo con el curso de vida, la adultez cubre de los 20 a los 64 años, y se caracteriza por ser
una edad en la que se ha alcanzado el desarrollo físico en su totalidad, así como por cambios
psicosociales, por ejemplo, la integración al mundo laboral, la obtención de solvencia económica,
el abandono del hogar, entre otros.
Es muy importante que reconozcas todas esas circunstancias, ya que determinarán el estilo de vida
y, por lo tanto, el estado de salud de las personas adultas.
El estilo de vida es la forma de vivir que se basa en patrones de comportamiento (hábitos, costumbres, tradiciones, rutinas y actividades), influenciados por características individuales, sociales, económicas y ambientales; además, hace referencia al modo de vivir de una persona (Organización Mundial de la Salud, 1998). Estos comportamientos pueden ser factores protectores o conductas de riesgo.
Con la globalización, hemos experimentado muchos cambios, principalmente tecnológicos, económicos y de migración, lo que ha llevado a una modificación en el estilo de vida que ha resultado en el incremento de ciertas conductas de riesgo: inactividad física, sedentarismo, tabaquismo, alimentación no saludable y el consumo de alcohol, sólo por mencionar algunas.
En México, se han incrementado las enfermedades crónicas, lo que no es coincidencia si vemos el cambio de vida que se ha dado recientemente.
A continuación, se describe cómo es que impacta, tanto para bien o mal, el estilo de vida en la salud de los adultos.
Actividad física
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) (2019), la actividad física se
refiere al movimiento corporal; es muy importante hacer énfasis en que no es lo mismo a “hacer
ejercicio”, ya que la primera se refiere a los movimientos cotidianos (caminar para ir al
trabajo, jugar, realizar actividades domésticas, etcétera), y la segunda es una actividad planeada,
repetitiva y con un objetivo encaminado al mejoramiento de la capacidad física.
El 13.7% de los hombres y 15% de las mujeres (ENSANUT, 2018) no cumplen con la recomendación de la OMS de actividad física; sin embargo, incluye actividades como caminar en un traslado, y no como tal un tiempo dedicado a realizar ejercicio. Por ello, se requiere que las personas dediquen tiempo en el cuidado de su cuerpo, realizando acondicionamiento físico, el cual puede ir acompañado de un deporte.
Dentro de los aspectos que más afectan a los adultos es el impresionante avance que se ha tenido en tecnología, facilitando ciertas actividades que ocasiona que la vida sea más sedentaria. Si te das cuenta, hay muchos trabajos donde se requiere pasar horas frente a un monitor, y el tiempo de recreación actualmente es muy poco y se relaciona, en su mayoría, con el uso de dispositivos; incluso para que una persona llegue a su trabajo, tiene que pasar múltiples horas sentada en un medio de transporte, generando así “inactividad física” y “sedentarismo”. A continuación, se explicará en qué consiste cada uno de éstos:
Elaboración propia, con base en la Secretaría de Salud. (2015). Organización Mundial de la Salud.
(2019). Inactividad y sedentarismo [infografía]. Tomada de https://bit.ly/3jUkIl1 y
https://bit.ly/3jSLytJ
Las principales consecuencias negativas sobre la salud del sedentarismo y la inactividad física en los
adultos son los cambios adversos en la circunferencia de cintura, en la presión diastólica y un
aumento en el riesgo cardiovascular; esto a su vez incrementa el riesgo de sobrepeso, obesidad,
diabetes mellitus tipo 2 (DM2), hipertensión arterial (HTA), síndrome metabólico, enfermedades
cardiovasculares y cáncer, principales causas de morbilidad y mortalidad en nuestro país.
Existe evidencia que asocia el sedentarismo con el deterioro de la salud cardiometabólica,
independientemente de los niveles de actividad física que presente la persona (Owen, Healy, Matthews y
Dunstan, 2010).
Sabías que…
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT, 2018), en nuestro país, 55.5% de la
población pasa tiempo frente a pantallas por más de dos horas al día.
Esto, a su vez, genera niveles elevados de sedentarismo que se asocian a un incremento del riesgo
de 112% para diabetes, 147% para enfermedades cardiovasculares, 90% de riesgo de mortalidad
cardiovascular y 49% de riesgo de mortalidad por cualquier causa (Wilmot et ál., 2012).
Así que, como verás, gran parte de la población no incluye ejercicio en su estilo de vida; sin embargo, 32.5% de las mujeres y 24.8% de los hombres adultos realizan por lo menos 150 minutos de actividad física a la semana (ENSANUT, 2018) lo cual no corresponde con el perfil de las enfermedades crónico-degenerativas que tenemos, ¿verdad?
Ahora que conocemos acerca de la situación del estilo de vida de los adultos en cuanto a la actividad física, veremos otro de los factores que van de la mano, y nos referimos a los hábitos alimenticios, los cuales también juegan un papel muy importante dentro de la salud de las personas.
Alimentación
Se caracteriza por ser uno de los hábitos más importantes dentro del estilo de vida de cualquier
ser humano, ya que influye en el tipo de enfermedades que puede desarrollar.
Actualmente, se consumen en mayor cantidad alimentos no saludables con alto contenido calórico,
grasas, azúcares y los que en el ámbito de la nutriología se les denominan “alimentos
ultraprocesados”.
Tal vez, debido al propio ritmo de vida que llevan las personas en conjunto con otros determinantes, es muy difícil llevar una alimentación saludable; por ejemplo, alguien que trabaja largas jornadas sin las condiciones necesarias, cuyo sueldo únicamente le alcanza para cubrir necesidades básicas, muy probablemente no tenga el tiempo ni los recursos económicos para alimentarse saludablemente, o simplemente porque desde su infancia o adolescencia no le crearon estos hábitos y ahora le es muy difícil dejar o cambiar la manera en la que se alimenta.
Por otro lado, se ha documentado que el consumo de alimentos saludables contribuye a la prevención de enfermedades crónicas, como las cardiopatías, obesidad y diabetes, además de estar relacionado con un menor riesgo de desarrollar diferentes formas de cáncer.
Sabías que…
De acuerdo con la ENSANUT (2018), alrededor del 85.8% de la población adulta consume bebidas
endulzadas. Las frutas y verduras se encuentran en último lugar de los alimentos recomendados
consumidos, ya que sólo el 44.9% de la población adulta en México los consume.
Sin duda, el consumo de alimentos es uno de los factores esenciales para el bienestar de la salud, pero también hay otros hábitos que pueden causar enfermedades, como lo veremos a continuación.
Alcohol
El consumo de alcohol ha aumentado en los últimos años, y es uno de los principales factores
perjudiciales del estado de salud de las personas.
Cuando se pregunta a la población en general acerca de los efectos del consumo de alcohol, la
mayoría de las respuestas se refieren más a sensaciones y experiencias positivas que negativas
(Anderson, Gual y Colón, 2008). Sin embargo, el riesgo de sufrir las consecuencias del alcohol se
incrementa proporcionalmente con la cantidad de alcohol consumido, sin existir evidencias en cuanto
a un efecto umbral.
En 2018, 36.3% de la población mexicana refirió nunca haber consumido alcohol, y el 49.9% de las mujeres y 80.6% de los hombres adultos refirió haber consumido alcohol en algún momento de su vida (ENSANUT, 2018).
De acuerdo con la ENSANUT (2018) el consumo del alcohol en hombres y mujeres se encuentra en estos porcentajes:
Consumo de alcohol |
Hombres |
Mujeres |
Diario |
5.7% | 1.0% |
Semanalmente |
30.2% | 9.5% |
Mensualmente |
14.8% | 8.1% |
Ocasionalmente |
47% | 75.9% |
Elaboración propia, con base en ENSANUT. (2018). Consumo de alcohol [tabla]. Tomado de Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de https://bit.ly/2X4qO9n
En la siguiente infografía se pueden ver los efectos que tiene el abuso de consumo de alcohol.
Elaboración propia, con base en la Organización Mundial de la Salud. (2019). Secretaría de Salud.
(2015). Consumo de alcohol [infografía]. Tomada de https://bit.ly/3yXxEuC y
https://bit.ly/2X4LHBK
Tabaco
Esta es una de las sustancias más consumidas a nivel mundial, y una de las que más complicaciones a
corto y largo plazo produce.
Fumar no sólo causa cáncer pulmonar (aunque está relacionado en un 80% de los casos), también se asocia a diferentes tipos de cáncer, como lo son: boca, laringe, riñón, estómago, páncreas, cervicouterino, colón, vejiga, entre otros (Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”, 2017). Además, se relaciona con:
“El humo contiene más de 7,000 productos químicos, de los cuales al menos 250 son nocivos y, como mínimo, 69 causan cáncer” (Organización Mundial de la Salud, 2020).
Ser fumador pasivo también tiene efectos graves en la salud; la exposición pasiva está relacionada con las mismas enfermedades que adquieren los fumadores activos. “Ocasiona graves trastornos cardiovasculares y respiratorios, como coronariopatías y cáncer de pulmón, aumenta el riesgo de muerte súbita del lactante y causa complicaciones del embarazo y bajo peso del recién nacido” (Organización Mundial de la Salud, 2020).
En 2018, el porcentaje de consumo de tabaco en la población mexicana se redujo, ya que fue de 11.4%, en comparación con el 2012, que era de 19.9%. El porcentaje de consumo de tabaco en mujeres fue del 5.9%, y de hombres, del 7.5% (ENSANUT, 2018).
Si sumamos los cambios fisiológicos que experimentan los adultos con los hábitos negativos, tales como el consumo de cigarros, alcohol y mantener un estilo de vida sedentario con poca actividad física, resultará en la incidencia de enfermedades en la adultez mayor.
Elaboración propia, con base en la Secretaría de Salud. (2015). Consumo de tabaco
[infografía]. Tomada de https://bit.ly/2X57Nnh
Como podrás darte cuenta, la actividad física, la alimentación y el consumo de sustancias nocivas legales forman parte de los hábitos que comúnmente tienen los adultos. Lo ideal es que se trate de cambiar esos hábitos que son poco saludables para la salud o, en su caso, omitirlos, como el consumo de tabaco, el cual es altamente nocivo para la salud.
Como hemos visto, mantener un estilo de vida poco saludable puede generar diversos padecimientos en la población adulta que se verán reflejados en el incremento de enfermedades crónico-degenerativas, convirtiéndose en las principales causas de morbilidad y mortalidad en México.
Principales causas de morbilidad
La morbilidad se refiere a las personas enfermas que hay en un espacio y tiempo determinado; las enfermedades que mayoritariamente padece la población mexicana son:
Ahora, hablaremos de las enfermedades más comunes que actualmente padece la población adulta.
Es una enfermedad crónica, multifactorial y neuroconductual, en donde un incremento en la grasa corporal es resultado del desequilibrio energético (incremento en la ingesta de energía y disminución en el gasto de ésta), el cual provoca la disfunción del tejido adiposo, dando como resultado alteraciones metabólicas, biomecánicas y psicosociales adversas para la salud. En los adultos, el parámetro más utilizado para medir el sobrepeso y la obesidad es el índice de masa corporal (IMC) (Secretaría de Salud, 2018).
Tipos de obesidad
Sabías qué…
Según la ENSANUT (2018), en México, en los adultos de 20 años o más, el
porcentaje de sobrepeso y obesidad fue del 75.2%. Al categorizar por sexo, se
observa que el porcentaje de sobrepeso es mayor en hombres (42.5%), en
comparación con las mujeres (36.6%); y el porcentaje de obesidad es mayor en
mujeres (40.2%), en comparación con los hombres (30.5%).
El primer lugar en obesidad en adultos lo ocupa Estados Unidos de América; sin embargo, nuestro país ocupa el segundo lugar de obesidad a nivel mundial en adultos, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (2017).
La obesidad tiene consecuencias importantes para la morbilidad, discapacidad y calidad de vida de una persona, aumentando el riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2, enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, diversas formas de cáncer, osteoartritis y otros problemas de salud (Secretaría de Salud, 2018).
De acuerdo con la Secretaría de Salud (2018), es una grave enfermedad crónica que surge cuando el páncreas no puede producir suficiente insulina o esa insulina no es utilizada eficazmente por el organismo, elevando los niveles de glucosa, acumulando y dañando a distintos órganos. Cabe mencionar que esta enfermedad puede ser desencadenada por la inactividad física o el sobrepeso.
Sabías qué…
De acuerdo con la ENSANUT (2018), para ese año, hubo 8.6 millones de personas
con diabetes en México, y 11.4% de las mujeres y 9.1% de los hombres padecen
dicha enfermedad. La principal complicación que presentan es una visión
disminuida.
Padecer DM aumenta el riesgo de presentar otras enfermedades, como lo son cardiopatía isquémica, accidente vascular cerebral, neuropatía (que combinada con la reducción de los flujos sanguíneos incrementa el riesgo de escaras en los pies, y amputación en su última instancia, afectando a un 50% de los pacientes), retinopatía diabética (ocasionando deterioro visual, el cual puede llegar hasta la ceguera), insuficiencia renal (que afecta del 10 al 20% de los pacientes), entre otros (Secretaría de Salud, 2018).
Es una enfermedad crónica de etiología múltiple caracterizada por la elevación persistente de las cifras de tensión arterial (≥ 140/90 mmHg); lo anterior es producto del incremento de la resistencia vascular periférica, el cual se traduce en daño vascular sistémico.
“La mayoría de las personas con hipertensión no muestra ningún síntoma. En ocasiones, la hipertensión causa síntomas como dolor de cabeza, dificultad respiratoria, vértigos, dolor torácico, palpitaciones del corazón y hemorragias nasales, pero no siempre” (Organización Mundial de la Salud, 2020).
Sabías qué…
De acuerdo con la ENSANUT (2018), para este año, en México había 15.2 millones
de personas que padecían hipertensión arterial, 20.9% eran mujeres y 15.3%,
hombres.
Aproximadamente, 40% ignora que padece esta enfermedad, y del 60% que conoce
el diagnóstico sólo la mitad se controla (García, 2019).
Es considerada un predictor de morbilidad y mortalidad para enfermedades cardiovasculares, entre las que destacan la enfermedad cerebrovascular, el infarto agudo de miocardio, la insuficiencia cardíaca, la enfermedad arterial periférica y la insuficiencia renal.
Las dislipidemias son un conjunto de enfermedades resultantes de concentraciones anormales de colesterol total (disminución en el C-HDL y aumento del C-LDL) y triglicéridos en sangre, los cuales participan como factores de riesgo en las enfermedades cardiovasculares.
De acuerdo con la ENSANUT (2018), 19.5% de la población mexicana presentó cifras de colesterol y triglicéridos altas; 21% de las mujeres y 17.7% de los hombres presentaron cifras elevadas. Sin embargo, 32.7% de la población presentó cifras normales de dichos metabolitos.
Todas las complicaciones de las enfermedades anteriormente descritas nos pueden llevar a las principales causas de mortalidad.
Principales causas de mortalidad
Como se ha dicho, las enfermedades crónico-degenerativas, particularmente la diabetes mellitus, los tumores malignos y las enfermedades del corazón, encabezan las principales causas de mortalidad en nuestro país en los adultos, tanto para hombres como para mujeres.
Cabe resaltar que en el año 2018 la mortalidad general de nuestro país en los adultos fue mayor en hombres que en mujeres, como lo puedes apreciar en la siguiente imagen:
Instituto Nacional de Estadística y Geografía. (2018). Defunciones según edad y sexo [ilustración]. Tomada de https://bit.ly/2YIv9jF
Ahora, en la siguiente tabla obtenida de los reportes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2018), conocerás las causas por grupo de edad:
Con estos datos, podemos obtener las siguientes conclusiones:
Algo que tenemos que resaltar es la mortalidad en la edad productiva en hombres (por agresiones y accidentes), ya que, si te fijaste, mucho más elevada la cifra que con las mujeres. Esta diferencia responde a cuestiones de género y al consumo de alcohol y drogas, ya que inciden directamente en las tres primeras causas de muerte en adultos jóvenes (homicidios, accidentes de todo tipo y suicidios) (Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2018).
Para que puedas observar las principales causas de mortalidad y morbilidad por sexo y grupo de edad, te recomendamos revisar la siguientes Tablas de morbilidad y mortalidad, elaboradas por el Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina, donde podrás revisar de manera resumida estas causas.
Dejando a un lado las causas de morbimortalidad, a lo largo de la vida de los seres humanos se presentan muchos cambios sociales, económicos y fisiológicos, a esto se le denomina “etapa de transición”. A continuación, se describirán las transiciones más frecuentes que se presentan a estas edades, tanto en hombres como en mujeres.
Durante la vida adulta, un individuo puede tener una o más transiciones, las cuales pueden impactar y/o condicionar el resto de su curso de vida; por ejemplo, cuando un adulto joven pasa a ser un adulto de edad intermedia. Una de las más significativas en las mujeres es la menopausia, y en hombres es la andropausia. A continuación, se describen brevemente sus características.
La menopausia es un evento natural e inevitable, el cual lleva al cese de la función reproductiva en la mujer; además, tiene implicaciones biológicas, sociales y culturales que repercuten en forma importante en la segunda mitad de la vida.
El climaterio o perimenopausia comienza varios años antes de que se produzca la menopausia (cuando comienzan las manifestaciones endocrinológicas, biológicas y clínicas), y termina con la menopausia. Posterior a ésta, se presenta la postmenopausia, la cual concluye al final de la vida de la mujer.
Menopausia literalmente significa "cese permanente de la menstruación", y se debe a la pérdida de la función folicular ovárica. El diagnóstico se hace en forma retrospectiva después de un periodo de amenorrea de 12 meses (Instituto Mexicano del Seguro Social, 2013, p. 93).
En la siguiente tabla se describen los síntomas de la menopausia:
Genitourinarios |
Psiconeurológicos |
Vasomotores |
|
|
|
Elaboración propia, Alvarado et ál. (2015). Síntomas de la menopausia [tabla]. Tomada de Guía de práctica clínica Diagnóstico y tratamiento de la perimenopausia y la posmenopausia de https://bit.ly/3hhsJ1V
En la menopausia, se pueden presentar diversas enfermedades crónicas, principalmente la osteoporosis y las enfermedades cardiovasculares, las cuales se suscitan en las mujeres mayores de 50 años. Para evitar que éstas impacten la funcionalidad de las mujeres, es importante modificar su estilo de vida a través de la incorporación de actividad física a su vida diaria, una dieta adecuada y la eliminación de malos hábitos, como fumar y beber principalmente.
La deficiencia androgénica del envejecimiento masculino, mejor conocida como andropausia, surge en los hombres cuando hay un descenso de los niveles de testosterona. No obstante, debido a que no ocurre una interrupción definitiva en la capacidad de procrear (producción de espermatozoides), se ha cuestionado el uso del término “andropausia”, por lo que se han propuesto otros términos, como síndrome de ADAM (Androgen Decline in the Aging Male, por sus siglas en inglés) o SLOH (Symptomatic Late-Onset Hypoganadism); sin embargo, el término más común sigue siendo el de andropausia, al tratar de equipararse con el de menopausia (Tokunaga, 2011; Silva, 2006).
Se caracteriza por un cuadro clínico específico, en el cual se produce un impacto negativo en la calidad de vida de los hombres, y origina las siguientes modificaciones:
Elaboración propia, con base en Pomerol. (2009). Andropausia [ilustración]. Tomada de https://bit.ly/3yWiZ36
Al presentarse estos síntomas, se genera incertidumbre, temor, depresión o vergüenza en el hombre, debido a las construcciones culturales y sociales, ya que en nuestra sociedad “ser hombre” se relaciona con la fuerza física, con actividad sexual frecuente y con el papel de proveedor económico; sin embargo, al atravesar la andropausia, se afectan en gran manera estos tres ámbitos.
La importancia de las transiciones radica en que representan una ventana de oportunidad para intervenir, puesto que, por los síntomas que presentan, generalmente los adultos acuden a consulta. De este modo, además de atenderlos por la sintomatología, puedes aprovechar para modificar o mejorar su estilo de vida, actuando en las áreas que viste previamente (actividad física, alimentación, malos hábitos, entre otras) para lograr el mayor estado de bienestar posible.
Como te pudiste dar cuenta, es indispensable conocer en qué fase del ciclo de vida se encuentra una persona, pues, aunque esto pudiera parecer muy obvio, nos brindará información relevante que podremos utilizar para dar una atención completa.
Es importante que tomes en cuenta los determinantes sociales que intervienen en esta edad, ya que, si queremos mejorar el estado de salud de los adultos, necesitamos asegurar un buen nivel de educación, ya que ésta se verá fuertemente relacionada tanto con el empleo subsecuente como con el ingreso, nivel de vida y conductas de autocuidado, permitiendo un mejor desarrollo personal, profesional y social.
Además, los hábitos y decisiones que un adulto haya tomado en etapas previas (durante la infancia y adolescencia) determinarán su estado de salud cuando sea adulto mayor. Recordemos que el curso de la vida es una sucesión de eventos ligados; no se debe ver como un periodo individual y, aunque no se vean consecuencias directas, tendrá repercusiones en otros momentos del propio curso de vida.
Hemos visto que actualmente nos encontramos ante una epidemia de enfermedades crónicas no transmisibles con complicaciones que afectarán todo el curso de vida; esto se debe al cambio de hábitos que se han suscitado en los últimos años, el cual propicia a que las prácticas nocivas sean más comunes, reflejándose en las principales causas de mortalidad y morbilidad.
Ahora que conoces la situación de la salud y las principales causas de enfermedad y muerte de los adultos, tienes la tarea de reducir dichas cifras mediante acciones de promoción de la salud en tus pacientes, encaminadas a adoptar conductas saludables que les ayuden a mejorar su estilo de vida. Por último, recuerda que debes aprovechar cualquier ventana de oportunidad que tengas para explicar cómo el estilo de vida impacta en las enfermedades más comunes y, con ello, poder hacer recomendaciones que lo modifiquen positivamente.
Como te diste cuenta, el estilo de vida es sumamente importante, ya que puede ser un factor protector o de riesgo para la salud de los adultos. Por esta razón es necesario que tengas muy presente que el estilo de vida es un patrón de conductas de la vida diaria de los adultos que se refleja en las causas de morbilidad y mortalidad.
Ahora que ya has revisado qué es la edad adulta, las circunstancias que determinan su estilo de vida y cómo éste se refleja en la situación de la salud de las personas, es momento de realizar una evaluación final, con la finalidad de que veas cómo se relaciona todo esto.
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Imagen de portada
Bicanski. (2019). Actividad física [fotografía]. Tomada de https://pixnio.com/es/media/carrera-a-pie-hombre-maraton-personas-trabajo-en-equipo
Cómo citar
Luna, P., Macedo, L., Robles, V., Zepeda, C., Huerta, C. y Ríos, A. (2021). Situación de la salud en
mujeres y hombres adultos. Unidades de Apoyo para el Aprendizaje. CUAIEED/Facultad de
Medicina-UNAM. (Vínculo)