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Criterios de diseño arquitectónico con perspectiva de género para baños públicos

Unidad de Apoyo para el Aprendizaje


Proyecto PAPIME Clave: PE400725

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Introducción

Los baños públicos son un espacio arquitectónico relevante en la vida cotidiana de todas las personas, ya que cumplen con una de las necesidades básicas fisiológicas humanas, pues son el lugar diseñado para orinar y defecar, pero no únicamente eso, también son un espacio íntimo, privado e indispensable para el cuidado y el autocuidado; por ello, es que debe adecuarse a las características biológicas y culturales de quienes los utilizan.

Tú que has transitado por las calles, asistes a la escuela o has visitado algunos sitios, como museos, estadios, cines o los centros comerciales, ¿te has preguntado por qué hay fila en los baños de mujeres o si las mujeres, hombres y diversidades sexogenéricas requieren lo mismo para atender sus necesidades?

Ante estas interrogantes comenzamos a reflexionar sobre si el diseño arquitectónico realmente es neutro, como se ha mencionado infinidad de veces, y si las y los profesionistas de arquitectura lo han tomado en cuenta al momento de planear los lugares, de organizar espacios o prefigurar el acomodo del mobiliario, distribuyendo circulaciones, proponiendo materiales en atención al ambiente y a la comodidad de las y los habitantes.

En este sentido estudiaremos y analizaremos los baños públicos con perspectiva de género, ya que las experiencias de las personas, por su condición de género, son diferentes y frecuentemente se traducen en desigualdad de uso y formas de habitar, pero también se enfrentan a situaciones incómodas, como la inseguridad, la incomodidad o algunos obstáculos de acceso.

Por ello es importante entender la pertinencia de la perspectiva de género en la arquitectura, ya que permite diseñar espacios arquitectónicos que reduzcan las desigualdades, haciéndolos más justos, seguros y accesibles.

Objetivo

Identificar elementos del diseño arquitectónico con perspectiva de género para baños públicos, a partir de conocer usos y necesidades, principalmente de las mujeres, con el fin de integrarlos a la propuesta arquitectónica.

Propósito del diseño arquitectónico

El diseño arquitectónico tiene el propósito de crear entornos confortables que atiendan las necesidades y demandas de las personas, así como los requerimientos espaciales, ambientales y técnicos de las actividades que se desarrollarán.

Para diseñar un espacio arquitectónico es imprescindible conocer el terreno en donde será ubicado, es decir, las características geográficas y ambientales, como son la topografía, la hidrología, la vegetación, el clima, el asoleamiento, la precipitación y la ventilación, por mencionar algunos; lo cual es necesario para considerar las instalaciones, estructura, cimentación y tecnología que lo soportarán, aunque siempre hay que tener presentes los materiales apropiados para el confort espacial.

Un elemento central son las actividades que en él se desarrollarán, un análisis detallado de los flujos que realiza la población que lo habitará, para lo cual es preciso tomar en cuenta que las personas somos diferentes en muchos aspectos; por ejemplo, en el cuerpo, la sexualidad, el sexo, el género, la clase socioeconómica, la edad, el tamaño, etcétera. Características que con frecuencia se ignoran al momento de proyectar, pues se toma como referente a un “usuario”, “operario” o “habitador”, es decir, un sujeto aparentemente neutro que no presenta diferencias.

Mujer arquitecta revisando planos de construcción. Concepto del propósito del diseño arquitectónico
Pasillo de baño con letreros neón que indican los baños de hombres y mujeres

Lo anterior ha sido cuestionado por las feministas en varios ámbitos de las disciplinas; por ejemplo, Nuria Álvarez (2021), en Otras prácticas españolas. Aproximaciones de arquitectas a enfoques feministas, recupera las palabras de la historiadora en arquitectura Bárbara Penner, quien señala…

La imagen de la arquitectura comienza a ser más compleja y rica cuando comencemos a comprender los beneficios del feminismo en términos de proceso y metodología en arquitectura […] es decir, en los mecanismos y medios de cómo se hace arquitectura. (p. 188)

De este modo, las feministas, sobre todo a partir de la tercera ola, han develado que la neutralidad es una forma de invisibilizar las desigualdades entre hombres, mujeres y diversidades sexogenéricas, así como las condiciones socioeconómicas, culturales y espaciales; por ello…

Hablar de arquitectura y de género, no quiere decir que exista una arquitectura de mujeres y otra de hombres […]. Aunque debemos tener presente que tanto la arquitectura, como la literatura o cualquier otra expresión artística está determinada en referencia a parámetros y valores masculinos. (Cevedio, 2003, p. 21)

Actividad 1. Propósito del diseño arquitectónico

Hasta aquí se ha examinado la relevancia del diseño arquitectónico y la importancia de la configuración de los espacios que habitamos. En particular se revisaron los baños públicos que, aunque sabemos que cada lugar tiene su complejidad, sí podemos tener algunos requerimientos arquitectónicos generales.

La perspectiva de género

Por lo anterior, es indispensable incorporar la perspectiva de género; en este sentido, Marcela Lagarde (2023) explica:

La perspectiva de género permite analizar y comprender las características que definen a las mujeres y a los hombres de manera específica, así como sus semejanzas y diferencias. Analiza las posibilidades vitales de las mujeres y los hombres: el sentido de sus vidas, sus expectativas, sus oportunidades, las complejas y diversas relaciones sociales que se dan entre ambos géneros, así como los conflictos institucionales y cotidianos que deben enfrentar y las maneras en que lo hacen. (p. 15)

Al hacer un análisis de género, por lo tanto, podemos identificar formas culturales que se reproducen a través de creencias sobre lo femenino y lo masculino, de las actividades que realizan hombres, mujeres y disidencias sexuales en determinados espacios y que se reflejan en las maneras en que habitamos, ya que…

Habitar es por lo tanto una manera de intervenir el tiempo mediante el espacio, haciéndose presente en un espacio en un tiempo dado. Así definido, el habitar alude al reconocimiento de un conjunto de puntos de referencia que me hace posible saber dónde estoy, que me coloca idealmente en el centro del territorio con respecto al cual mi presencia puede ser relativamente estable pero también móvil, transitoria y cambiante. (Giglia, 2012, p. 11)

De acuerdo a lo anterior, tiempo y espacio están íntimamente relacionados a la hora de habitar, ya que estamos presentes en un determinado lugar; por ejemplo, ¿cómo habitas las aulas de tu escuela?, ¿quién o quiénes realizan los trabajos de limpieza?, ¿cómo se organizan las personas que cohabitan para descansar, recrearse y/o asearse? ¿Te has preguntado si la distribución de tareas y espacios se hace de forma equitativa?

Con éstas y otras preguntas podemos observar que mujeres, hombres y diversidades sexogenéricas no habitamos de la misma manera; ocupamos el espacio y el tiempo de forma diferenciada en la vida cotidiana, lo que en ocasiones conlleva a producir desigualdades.

Estos modos los normalizamos e impactan en el momento de diseñar un espacio arquitectónico, pues con frecuencia observamos que los diseños mantienen un sesgo androcéntrico; es decir, que atiende las demandas espaciales de los hombres.

Puerta abierta de baño público y afuera, en la pared, letrero de uso mixto

En los baños públicos, por ejemplo, la distribución suele centrarse en cómo los hombres realizan las actividades, así como en sus cuerpos, en sus necesidades biológicas y culturales, de tal manera que cuando se proyectan baños públicos para mujeres, simplemente se espejea el diseño, como si no existieran diferencias corporales, sexuales, anatómicas, antropométricas, etcétera.

Puerta abierta de baño público y afuera, en la pared, letrero de uso para mujeres

En este sentido radica la importancia de evidenciar experiencias y modos de habitar de las mujeres a la hora de proyectar un entorno, como el caso de los baños públicos.

Piernas femeninas afuera de gabinetes públicos haciendo fila para entrar al baño

Julia Edwards et al. (1998), a finales de la década de los 90, realizaron una investigación a partir de observar y preguntarse el porqué de las largas filas de mujeres para entrar al baño en los lugares públicos. En dicho estudio analizaron dos ámbitos; por un lado, las diferencias biológicas, como los sistemas genitourinarios, la menstruación, que aumenta el tiempo requerido, debido a los cambios y a las revisiones constantes, al mismo tiempo que incrementa la frecuencia de la necesidad; el embarazo, ya que presiona la vejiga y la incontinencia que frecuentemente surge después de parir; cuestiones que se presentan en la cotidianidad y que generan que las mujeres requieran más sanitarios. Por otro lado, revelaron algunas de las diferencias sociales y culturales, como el hecho de que la mayoría de los hombres orina de pie, en mingitorios abiertos, mientras que las mujeres lo hacen sentadas en cubículos cerrados; en consecuencia, se ocupa más tiempo, que se incrementa cuando se encuentran excusados sucios, ya que implica limpiarlos previamente para utilizarlos.

Hoy se comienzan a contemplar otras situaciones, como el uso de la copa menstrual, lo cual requiere que se agregue un lavabo al cubículo para la limpieza de la misma.

Mujeres que se acompañan en baño público, conversando y compartiendo, de la risa a la preocupación

Como se mencionó anteriormente, los baños son un espacio íntimo que puede ser percibido como seguro o inseguro, dependiendo del ambiente y del contexto del lugar, así como de las personas que lo ocupan; es por ello que para muchas mujeres resulta más tranquilizador acompañarse para realizar las necesidades e incluso algunas de ellas también lo ocupan para comentarse situaciones privadas.

Es relevante tener en cuenta que el baño, al ser un lugar íntimo, guarda relación con el cuidado y con los mandatos de género que asignan a las mujeres la responsabilidad de asistir y acompañar a niñas, niños, ancianos, ancianas, personas con discapacidad, etcétera, lo que amplía no sólo el tiempo, sino también el uso, que coincide con el planteamiento anterior sobre redistribuir e incrementar muebles sanitarios para los baños de mujeres.

Cabe destacar que el objetivo no es reproducir que las encargadas de la crianza y del cuidado sigan siendo las mujeres; para ello, es indispensable tomar como punto de partida la corresponsabilidad que, de acuerdo con Fermina Bardón et al. (2013) es…

El reparto equilibrado de las tareas domésticas y de las responsabilidades familiares, tales como su organización, el cuidado, la educación y el afecto de personas dependientes dentro del hogar, con el fin de distribuir de manera justa los tiempos de vida de mujeres y hombres. (p. 6)
Baños públicos con barras especiales, cambiador de pañal y dispensador de toallas sanitarias

Tomando en cuenta lo anterior, será necesario reordenar el programa arquitectónico, el árbol de sistemas y cualquier metodología para reorganizar la distribución espacial. También se deberán ampliar las medidas, dimensiones y cubículos sanitarios para las mujeres, además de incorporar mobiliario sanitario de diferentes tamaños para las personas adultas, niñas y niños, así como barras especiales para personas adultas mayores o con discapacidad, cambiador de pañal, silla protectora para infantes y dispensador de productos para la salud menstrual.

Como ves, diseñar baños públicos tiene sus complejidades, ya que es requisito conocer las experiencias y percepciones de las personas que los usan, en función de su condición de género, pero sobre todo analizar las diferencias que se traducen en desigualdad, así como los problemas que surgen y que reproducen la inseguridad, incomodidad y difícil acceso.

Por ello es fundamental la incorporación de la perspectiva de género en la arquitectura, para generar entornos confortables que promuevan el respeto y caminen hacia la igualdad entre mujeres, hombres y diversidades sexogenéricas.

Actividad 2. Aportes feministas al diseño arquitectónico

Es importante reflexionar sobre los aportes feministas al diseño arquitectónico, cuestionando las normas establecidas y proponiendo modelos más justos para todas las personas. Al comprender las desigualdades que atraviesan los espacios que habitamos, podemos imaginar y construir entornos que realmente respondan a la diversidad de quienes los ocupan.

El objetivo de esta actividad es fortalecer tu comprensión sobre la importancia de diseñar espacios desde una visión inclusiva y equitativa, considerando las experiencias y necesidades de todas las personas.

Autoevaluación. Diseño con perspectiva de género

Ya mencionamos que la arquitectura tiene el potencial de ser más inclusiva.

Desde diversas áreas, profesionistas feministas y arquitectas con esta visión, están desafiando las normas patriarcales que tradicionalmente han favorecido la visión masculina, transformando la manera como se diseñan edificios y espacios que suelen ser excluyentes.

Lo hacen a través de integrar la perspectiva de género en el proyecto arquitectónico, repensando y buscando redistribuir las dimensiones de los lugares, como los baños públicos, para asegurarse de que cubran las necesidades y demandas de todas las personas.

El objetivo de esta actividad es revisar algunas críticas y criterios arquitectónicos con perspectiva de género para el diseño de baños públicos.

Fuentes de información

Básicas

Bibliografía

  • Cevedio, M. (2003). Arquitectura y género. Espacio público/Espacio privado. Icaria.
  • Giglia, A. (2012). El habitar y la cultura. Perspectivas teóricas y de investigación. Anthropos/UAM.
  • Lagarde, M. (2023). Género y feminismo. Desarrollo humano y democracia. Siglo XXI.
  • Serret, E. (2008). Qué es y para qué es la perspectiva de género. Instituto de la Mujer Oaxaqueña.
  • UNAM. (2013). Lineamientos generales para la igualdad de género. Autor.

Documentos electrónicos

  • Álvarez, N. (2021). Otras prácticas españolas. Aproximaciones de arquitectas a enfoques feministas. ZARCH, 18, 186-197. https://doi.org/10.26754/ojs_zarch/zarch.202218615.
  • Bardón, F., Cardona, A., De Poo, D., Gimeno, I., González, M. L., López, F., Sánchez, P., Trasancos, M. y Zafra, R. (2013). Guía de corresponsabilidad. La corresponsabilidad también se enseña. Organización de Mujeres de Confederación Intersindical y Organización de Mujeres de STES·Intersindical. https://www.inmujeres.gob.es/areasTematicas/AreaEducacion/MaterialesDidacticos/docs/GuiaCorresponsabilidad.pdf
  • Edwards, J. y Mckie, L. (1998). Los sanitarios públicos para mujeres. Un asunto grave para la política del cuerpo. https://debatefeminista.cieg.unam.mx/index.php/debate_feminista/article/view/435/372

Complementarias

  • Chinchilla, I. (2020). La ciudad de los cuidados. Catarata.
  • Criado, C. (2022). La mujer invisible. Descubre cómo los datos configuran un mundo hecho por y para los hombres. Seix Barral.
  • Harding, S. (2016). Ciencia y feminismo. Morata.
  • Kern, L. (2022). Ciudad feminista. La lucha por el espacio diseñado por hombres. Bellaterra.
  • McDowell, L. (2000). Género, identidad y lugar. Cátedra.
  • Muxi, Z. (2018). Mujeres, casas y ciudades. drp-barcelona.
  • Sánchez, M., Damián, L. y Osorio, L. (2022). Configuraciones de género y espacio: desigualdades y resistencias. UNAM.

Cómo citar

Osorio, L. (2025). Criterios de diseño arquitectónico con perspectiva de género para baños públicos. Unidades de Apoyo para el Aprendizaje. CUAED/Facultad de Estudios Superiores Acatlán-UNAM. (Vínculo)