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Didáctica, una disciplina necesaria para enseñar y aprender filosofía

Unidad de Apoyo para el Aprendizaje

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Introducción

¿Sabías que un profesor o una profesora de filosofía ama el saber y, cuando encuentra algo interesante, por muy sencillo que sea, busca la mejor manera de mostrarlo a sus estudiantes?

El acercamiento al estudio de la filosofía como formación profesional universitaria trae para las y los estudiantes la experiencia de la formalización de temas y problemáticas, que muchos de ellos se han revisado en el nivel medio superior, desde perspectivas muy variadas, acompañadas con estrategias de aprendizaje que cada profesor o profesora consideran adecuadas para abordar los contenidos de la materia.

La filosofía, como disciplina de estudio que aporta los recursos intelectuales necesarios para el desarrollo del pensamiento humano, requiere mucho compromiso por parte del equipo docente, para dosificar el contenido y aprovechar el interés de las y los estudiantes; una organización precisa permite anticipar los alcances de la dinámica áulica en la Universidad; además, se tiene la participación de la didáctica en la planeación de una clase, las estrategias de estudio y las propuestas de evaluación, que son productos de apoyo para el docente de filosofía durante el proceso de formación universitaria.

Dos personas tomando clase y una explicando
(s. a.) (s. f.). Meeting [fotografía]. Tomada de https://www.freepik.es/foto-gratis/reunion-empresarios-oficina_13164999.htm#fromView=search&page=5&position=30&uuid=0c01f1b2-1e49-488a-8443-1d8e984b77b7

Identificar qué es la didáctica y qué es la filosofía, considerando su relación intrínseca en el proceso de enseñanza-aprendizaje, con la finalidad de reconocer cómo es que favorece al aprendizaje del estudiantado.

¿Qué es la didáctica?

Etimológicamente, el término didáctica procede del griego didaktiké, didaskein, didaskalia, didaktikos, didasko (διδακτικε, διδασκειν, διδασκαλια, διδακτικοσ, διδασκο). Todos estos términos tienen en común su relación con los verbos “enseñar, instruir, exponer con claridad”. Didaskaleion era la escuela en griego; didaskalia, un conjunto de informes sobre concursos trágicos y cómicos; didaskalos, el que enseña; y didaskalikos, el adjetivo que se aplicaba a la prosa didáctica (Mallart, 2001).

Conceptualmente, es la ciencia de la educación que estudia e interviene en el proceso de enseñanza-aprendizaje, con el fin de conseguir la formación intelectual del educando (ibid.).

La didáctica actualmente es una compañera necesaria del desempeño de todo docente, orientador, asesor o tutor; tiene que ver con la idea que las y los educadores tienen de su quehacer cotidiano y profesional, con la manera de hacerse entender en el manejo del contenido de su materia, también con las estrategias y herramientas para facilitar todo proceso educativo escolar o no. La didáctica apoya la actividad propia del profesorado, que es la enseñanza. Enseñar tiene que ver con el verbo signar, signare, “señalar”; de ahí que, cuando el maestro enseña, muestra y señala un contenido. A continuación, revisa tres funciones de la didáctica.

Dados en una misma dirección

Disciplina

Como disciplina pedagógica se encarga de apoyar, dirigir y orientar de manera práctica el ejercicio docente.

Profesora

Arte

Como arte se desarrolla con la pasión por la enseñanza y lo que ello implica.

John Dewey

Ciencia

Como ciencia de la educación, proporciona a los docentes las perspectivas teóricas y prácticas necesarias para desarrollar el contenido de manera adecuada al nivel educativo en el que se desempeñe; además, brinda las estrategias necesarias para tratar los temas más profundos de reflexión en ambientes de aprendizaje dinámicos e interesantes.

Vampiro285. (2016). John Dewey [fotografía]. Tomada de https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Dewey-john-young.jpg

Al respecto, Renzo (1974) afirma que “la didáctica no es una ciencia, sino una valoración crítica de una actividad del espíritu que se renueva constantemente: ella no se enseña, sino que se vive, se comprende, se juzga” (p. 26). El docente requiere entonces de una actitud abierta y dispuesta a la autocrítica sobre su tarea en el aula y su experiencia pedagógica.

¿Qué es el proceso didáctico?

Como su nombre lo indica, es una cadena de acciones que se van planeando de manera ordenada y secuenciada dentro de un proceso de enseñanza; esto con la finalidad de construir el aprendizaje.

Para que se lleve a cabo este proceso se requiere de tres elementos:

Elementos del proceso didáctico (docente, estudiante y contenido)
Elaboración con base en Aguilar. (2019). Elementos del proceso didáctico [esquema]. https://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-51622019000300129&script=sci_abstract
Docentes

Son los encargados de guiar y acompañar académicamente el proceso de aprendizaje de las y los estudiantes. En los temas filosóficos es importante que el profesor fomente el pensamiento crítico, genere interrogantes y propicie la interacción entre el grupo; esto puede ayudar a estimular el aprendizaje y lograr el acto de “filosofar”.

Ante el gran crecimiento del uso de las tecnologías, el profesorado debe adoptar un rol de apertura a las nuevas tecnologías y cómo utilizarlas a favor de la enseñanza, y no sólo eso; además, debe mostrar la importancia del uso ético de estas tecnologías en pro de la educación.

Estudiantes

Dentro del proceso didáctico deben asumir un rol “activo”, es decir, no deben memorizar y conformarse con lo que sus profesores les dicen; también deben investigar, plantearse interrogantes, cuestionar los contenidos; deben hacerse responsables de su aprendizaje; además, con el vertiginoso uso de las tecnologías e inteligencias artificiales, deben asumir un rol basado en el pensamiento crítico y ético, para hacer un buen uso de las tecnologías a favor de su propio aprendizaje.

Contenidos

Hacen referencia al conjunto de conocimientos que el estudiantado debe saber; básicamente se refiere a la explicación del tema. De acuerdo con Ramírez (2004), “el contenido es sustrato material o virtual, en el cual se materializa un discurso compuesto por palabras, símbolos e ilustraciones, estructurado de manera secuencial y sistemática en atención a la maduración intelectual y emocional del lector y creado con la intención expresa de ser usado como un recurso pedagógico en el proceso enseñanza-aprendizaje” (citado por Córdova, 2012, p. 34).

Estos tres elementos son necesarios para que se cumplan los objetivos de aprendizaje establecidos en la asignatura. Ahora es momento de ver cómo se juntan con la didáctica dentro de la enseñanza de la filosofía.

Relación didáctica y filosofía

En el ámbito educativo, y de modo particular en el espacio escolar, la didáctica y la filosofía son disciplinas que, por su propia naturaleza, se acompañan; la filosofía, desde su definición etimológica “amor o búsqueda del saber”, requiere de medios, recursos y métodos para distinguir el conocimiento de lo que no lo es; para ello, requiere de profesoras y profesores, en tanto que son los encargados de mostrar los modos de acercarse a la filosofía o del ejercicio de filosofar. La didáctica ofrece lo necesario para que el proceso de enseñanza-aprendizaje sea significativo.

A través de la filosofía nos podemos acercar al desarrollo del pensamiento, como el ejercicio de abstracción, por el cual formamos ideas y conceptos; de manera particular al ejercicio del pensamiento de los más jóvenes, que iniciándose en la lectura de textos filosóficos y la escritura disciplinar con un carácter crítico, logran hacer nuevos y breves aportes al corpus filosófico de su tiempo.

Para Félix García (2006), la enseñanza de la filosofía pasa por el desarrollo de una historia y una tradición; tal es el caso de la filosofía occidental, que es la guía de nuestro estudio. Para el autor, “un objetivo primordial de la filosofía es siempre conseguir que las personas lleguen a ser personas más razonables”, y para ello la orientación y acompañamiento del profesorado es importante, para que “el estudiantado aprenda a pensar por sí mismo, en colaboración con otras personas, de forma crítica, cuidadosa y creativa” (pp. 146-147).

También conviene mencionar que desarrollar una didáctica adecuada al estudio de la filosofía en el ámbito escolar es una tarea del docente, pues en la práctica podemos identificar las necesidades de un área poco trabajada por muchos, por lo que requiere mayor atención y capacitación. García (2006) pone de relieve las aportaciones de la filosofía:

Lograr que el estudiantado aprenda a pensar por sí mismo en colaboración con otras personas de forma crítica, cuidadosa y creativa constituye uno de los objetivos centrales de todo sistema educativo que se precie, ya que la filosofía es una de las disciplinas que mejor puede ayudar a conseguirlo. (p. 146)

Todo docente debe buscar la manera de que sus estudiantes logren asimilar los contenidos, y para eso, hay diversas técnicas que se pueden utilizar para estimular el pensamiento crítico, la búsqueda de información y de la verdad, entre otras. Por lo tanto, la relación entre didáctica y filosofía en la práctica se puede ver al momento en el que el profesor decide incorporar a la dinámica del aula el uso de la tecnología; por ejemplo, las presentaciones en PowerPoint, el uso de plataformas educativas para proporcionar materiales de apoyo, videos ilustrativos al tema o ejercicios con la inteligencia artificial, entre otras.

También se ve reflejada en el momento en que se establece una estrategia en la que se involucran los tres elementos del proceso didáctico (docentes, estudiantes y contenidos), siempre respondiendo a las preguntas:

Tres personas con duda

Enseñanza-aprendizaje de la filosofía

La filosofía, como disciplina universitaria, que forma parte de las propuestas de formación profesional en el marco institucional de muchas universidades, públicas o privadas, requiere ser enseñada, compartida y acompañada bajo criterios determinados por la institución, debido a los planes y programas de estudios que la rigen.

Todo proceso de formación académica y profesional se desarrolla bajo un esquema clásico: la labor del que enseña y la acción del que aprende, haciendo del maestro el responsable de la enseñanza y el estudiante de su aprendizaje; de lo anterior se desprende la idea de que hay modos de enseñar filosofía, con la finalidad de aprender a filosofar.

Filosofar tiene que ver con el proceso de pensar, cuestionar, criticar y plantear opciones de análisis sobre los contenidos, los autores, las tradiciones o corrientes de pensamiento en filosofía. Que el estudiante aprenda a filosofar depende de él; el profesor sólo puede guiar y acompañar el proceso educativo.

“Aprender a filosofar es aprender a pensar desde la filosofía, pero es más relevante aprender a pensar desde sí mismo la filosofía” (García, 2006, p. 117).

Persona con duda

En los espacios escolares, la enseñanza de la filosofía se ha vuelto una formación permanente de aquellas personas que buscan incansablemente los caminos del saber y la manera de vivir bien, pero no deja de ser una tarea de encuentros y desencuentros con teorías, cosmovisiones y estudios que conflictúan las certezas heredadas por las tradiciones a las que cada uno de los estudiantes pertenece; por ello, se requiere de un acompañamiento personal, académico y profesional muy sólido, que permita al estudiante ser autónomo y partícipe de su aprendizaje.

¿Enseñar filosofía o enseñar a filosofar? Es la inquietud que García (2006) pone de manifiesto en el análisis y reflexión; es la gran pregunta en la formación académica e institucional de los estudiantes, porque podemos centrar la atención en el procedimiento o en el contenido, provocando un falso problema, pues ambos se complementan y nos proporcionan lo necesario para desarrollar el razonamiento.

Filosofar como un ejercicio del pensamiento, la pasión y la acción

Si partimos de la definición etimológica de filosofía, como amor al saber, y del filósofo como amante de la sabiduría, la búsqueda constante de respuestas a interrogantes fundamentales sobre los grandes problemas planteados a lo largo de la historia de la humanidad -el mundo, lo divino y el ser humano-, además de la interpelación de las circunstancias actuales de la cultura, la ciencia y la tecnología, hacen que el estudio de la filosofía se vuelva indispensable para muchas personas.

Conceptualmente, la filosofía se puede considerar como la disciplina, el arte y la ciencia que tiene como base el ejercicio lógico del pensamiento; la pasión como motor de la búsqueda constante de lo que considera verdadero y la acción como acercamiento a la realidad que se pone frente al filósofo y lo interpela.

Y por otra parte, la didáctica como disciplina, arte o ciencia de la educación es necesaria en el desarrollo del estudio de la filosofía, sea en espacios escolarizados o no. Es el personal docente quien elige las mejores estrategias didácticas para la enseñanza de los contenidos filosóficos y los más variados métodos para el ejercicio de filosofar.

Personas en un salón de clases

La y el estudiante de filosofía, en un espacio escolarizado, ejercita su razón a partir de las propuestas de estudio de sus docentes; aprende los caminos del profesorado, no para seguirlo ciegamente, sino para tener un punto de referencia, y logra formar su propio criterio en torno al contenido, a los procedimientos y a la crítica filosófica para su profesionalización.

Por lo tanto, el proceso didáctico ofrece las herramientas filosóficas para la formación: el profesorado (como guía), el contenido (como los elementos que deben ser aprendidos) y el o la estudiante, que es el único que puede filosofar después de un acompañamiento profesional, para que “aprenda a hacer filosofía y poder filosofar”.

Actividad. Conceptos relacionados con la enseñanza de la filosofía

Para toda persona que esté interesada en ejercer como docente de filosofía es necesario que conozca algunos de los conceptos que están relacionados con el arte de enseñar. Como ya se vio, la filosofía y la didáctica en el ámbito educativo deben mantener una relación síncrona que permita llevar a cabo el proceso de enseñanza de los temas filosóficos.

Autoevaluación. Algunos mitos y realidades sobre el proceso de la enseñanza de la filosofía

Te felicito por llegar hasta el final de este tema. Con la finalidad de ponerte a prueba, te invito a contestar la siguiente autoevaluación.

En este tema vimos que enseñar filosofía requiere de un proceso didáctico que permita una interacción entre los contenidos, el personal docente y el estudiantado.

Fuentes de información

Bibliografía

García, F. (2006). Pregunto, dialogo, aprendo: cómo hacer filosofía en el aula. Madrid.

Mallart, J. (2001) Didáctica: concepto, objeto y finalidades. En Didáctica para psicopedagogos. Madrid.

Renzo, T. (1974). Metodología didáctica. Madrid.

Documentos electrónicos

Aguilar, F. R. (2019). Didáctica de la filosofía. Revista de estudios y experiencias en educación, 18(38), 129-150. https://www.scielo.cl/pdf/rexe/v18n38/0718-5162-rexe-18-38-129.pdf

Córdova, D. (2012). El texto escolar desde una perspectiva didáctico/pedagógica, aproximación a un análisis. Investigación y Postgrado, 27(1), 195-222. http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1316 00872012000100008&lng=es&tlng=es

Cómo citar

Vivar, G. (2025). Didáctica, una disciplina necesaria para enseñar y aprender filosofía. Unidades de Apoyo para el Aprendizaje. CUAED/Facultad de Estudios Superiores Acatlán-UNAM. (Vínculo)