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Tipología de Estudiantes desde la Perspectiva de Pérez de Villar y Torres

Unidad de Apoyo para el Aprendizaje

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Introducción

En el aula, la característica principal del estudiantado es la diversidad, la cual se manifiesta a través de distintas formas de ser y de pensar. La posibilidad de reconocer dicha diversidad brinda la oportunidad de gestionar de mejor manera la dinámica que se desea generar para el logro de los aprendizajes.

Si bien no existe una sola clasificación de los distintos tipos de estudiantes que pueden confluir en el aula, una de las propuestas que puede ayudar a distinguir la diversidad estudiantil es la de Pérez de Villar y Torres (2007), que se compone de nueve tipos de estudiantes:

✔ Discutidor(a)
✔Locuaz
✔ Cerrado(a)
✔ Positivo(a)
✔ Tímido(a)
✔ Pedante
✔ Sabelotodo
✔ Ausente
✔ Astuto(a)
¿En qué me servirá conocer la tipología de los/las estudiantes?
Personas con dudas

Al comprender las características de cada estudiante, quien esté a cargo de coordinar un grupo puede personalizar sus estrategias, es decir, puede diseñar actividades y materiales que apoyen al estudiantado para una mejor comprensión y retención del contenido.

Reconocer la diversidad en el aula permite a las y los profesores fomentar un ambiente en donde todo el estudiantado se sienta valorado y motivado a participar. Las y los estudiantes pueden aprender a trabajar en equipo, respetar diferentes opiniones y desarrollar habilidades interpersonales al interactuar con sus compañeras y compañeros que tienen estilos de aprendizaje variados.

A continuación, se presentarán las características individuales de cada tipo de estudiante y algunas estrategias que pueden mejorar el proceso de aprendizaje.


Distinguir los diferentes tipos de estudiantes, mediante el conocimiento de sus características individuales, con el fin de optimizar la gestión del grupo con la implementación de estrategias adecuadas.

Características de los diferentes tipos de estudiantes

Los grupos escolares tienen una gran variedad de características; “se diferencian por tamaño, por su duración, sus objetivos, sus actividades, el grado de formación, la estructura interna, la importancia de sus miembros y muchos otros aspectos” (Cartwright y Zander, 2014, p. 59). En esta ocasión se abordará la variedad de sus miembros, a partir de las características que las/los distinguen.

Para eso te pedimos lo siguiente:

Personas pensando

Y tienes un grupo de 25 estudiantes. Estás muy emocionada(o) porque es tu oportunidad para poner en práctica los cuatro pilares de la educación.

Aprender a conocer:

“Este tipo de aprendizaje, que tiende menos a la adquisición de conocimientos clasificados y codificados que al dominio de los instrumentos mismos del saber, puede considerarse a la vez medio y finalidad de la vida humana. En cuanto a medio, consiste para cada persona en aprender a comprender el mundo que la rodea, al menos suficientemente para vivir con dignidad, desarrollar sus capacidades profesionales y comunicarse con los demás. Como fin, su justificación es el placer de comprender, conocer y descubrir” (Delors, 1996, p. 92).

Aprender a hacer:

“Aprender a conocer y aprender a hacer son, en gran medida, indisociables. Pero lo segundo está más estrechamente vinculado a la cuestión de la forma profesional: ¿cómo enseñar al alumno a poner en práctica sus conocimientos y, al mismo tiempo, cómo adaptar la enseñanza al futuro mercado del trabajo, cuya evolución no es totalmente previsible? La comisión procurará responder en particular a esta última interrogante” (ibid., p. 93).

Aprender a vivir juntos:

“Aprender a vivir juntos, aprender a vivir con los demás. Sin duda, este aprendizaje constituye una de las principales empresas de la educación contemporánea. Demasiado a menudo, la violencia que impera en el mundo contradice la esperanza que algunos habían depositado en el progreso de la humanidad. Por lo anterior, este es un pilar fundamental que tiene la educación y en el que habrá de trabajar todos los días” (ibid., p. 94).

Aprender a ser:

“La educación debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido estético, responsabilidad individual, espiritualidad. Todos los seres humanos deben estar en condiciones, en particular gracias a la educación recibida en su juventud, de dotarse de un pensamiento autónomo y crítico y de elaborar un juicio propio, para determinar por sí mismos qué deben hacer en las diferentes circunstancias de la vida” (ibid., p. 98).

Y después…
Una vez que tuviste tu primera sesión, te das cuenta de que tienes personalidades muy distintas entre las y los participantes de tu grupo.

¿Qué harás?
¿Implementas las mismas estrategias con todas y todos? Efectivamente, la respuesta es no, ¿pero entonces cómo le harás?

No te preocupes, te compartiré una herramienta, que seguramente te será de mucha ayuda: Tipología de estudiantes de María José Pérez de Villar Ruiz y Carmen Torres Medina.

Continúa leyendo y te contaré cómo puedes utilizarla de acuerdo a la personalidad en cuestión.

Una hoja y un bolígrafo

Nota: Es importante recalcar que las descripciones y el nombre que se le da a cada tipo de estudiante lo establecen Pérez de Villar y Torres en su libro Dinámica de grupos en formación de formadores: casos prácticos.

Mencionado esto, comencemos con la tipología.

Discutidor(a)

En este video se acaba de ver a un estudiante con algunas de las siguientes características:

  • Es la primera(o) en oponerse al profesor.
  • Inicia la discusión.
  • Siempre encuentra un “pero”.
  • A veces interrumpe el ritmo de la clase.
  • Facilita la comunicación entre los miembros del grupo o de la clase y atrae su atención.
  • Pone en tela de juicio cuanto se dice.

Positivo(a)

Aquí pudiste ver a una estudiante con algunas de las siguientes características:

  • Es una persona práctica en su manera de actuar.
  • Se centra en el tema discutido.
  • Espera el turno de hablar.
  • Participa si considera que puede aportar algo nuevo, dirigir la discusión, aclarar algún concepto o resumir.
  • Es breve y conciso(a).
  • Es trabajador(a), ordenado(a), colaborador(a) y responsable.
  • Buen conciliador(a) para el grupo.

Sabelotodo

Sin duda éste es un estudiante al que le gusta mucho participar y…

  • Da su opinión, sea cual sea el tema que se trate.
  • Quiere convencer de que su aportación es muy importante y aclaratoria.
  • Afán de protagonismo.
  • Cree tener la razón.
  • No deja hablar a nadie.

Locuaz

Un estudiante muy participativo y…

  • No sabe terminar de hablar cuando toma la palabra.
  • Se desvía continuamente del tema central.
  • Es minucioso(a) y farragoso(a) en sus explicaciones.
  • Ofrece detalles superfluos y sin importancia.
  • Aunque no tenga conocimientos de un tema, interviene en la clase.

Tímido(a)

Aquí se vio a una estudiante sumamente retraída, sin querer hablar, a diferencia de sus demás compañeros(as); además:

  • No toma la palabra por sí mismo(a).
  • Se limita a asentir si está de acuerdo con una aportación o a permanecer callado(a) si está en contra.
  • Si se le da la palabra se excita de tal forma que suele estar de acuerdo con lo que ha dicho el compañero(a).
  • Sólo escucha.
  • Se queda con dudas por no preguntar.
  • Prefiere el trabajo individual al colectivo.
  • En un momento determinado, si está seguro(a) del tema puede sorprender su intervención (casos aislados).

Ausente

Aquí se vio a una estudiante dispersa, revisando cuadernos de otras asignaturas y que contestó únicamente porque los del grupo lo hicieron. Este tipo de estudiantes…

  • Se olvida su presencia.
  • Nunca participa.
  • Su actitud muestra no escuchar: no mira a quien habla, no se suma a una respuesta general del grupo por algún estímulo común (por ejemplo, risotadas por una gracia, exclamaciones, etc.).
  • Ensimismado(a) en sus pensamientos.
  • Puede tener distintas facetas: desmotivado, vago, preocupado, desorientado, etc.

Cerrado(a)

Acabas de ver a un estudiante que…

  • Se opone a todo lo que se propone.
  • No está de acuerdo con nada.
  • No aporta soluciones.
  • Ausencia de relaciones con la clase.

Astuto(a)

Acabas de ver a una estudiante que…

  • Se aprovecha de la debilidad psicológica o científica de un compañero(a), para debatir sus argumentos.
  • Suele dominar el “trato de gentes” para convencer con su habilidad.
  • Es individualista a la hora del trabajo.
  • Se aprovecha del trabajo de los/las demás para su provecho personal.
  • Está atento(a) a la postura mayoritaria.
  • Evita el enfrentamiento directo.

Pedante

Acabas de ver a un estudiante que presenta algunas de estas características:

  • Su intervención es de alto nivel científico o técnico y lo sabe.
  • Actitud de superioridad respecto al grupo.
  • Interviene escasamente, pues “igual no se le entiende”.
  • Protagonismo.
  • Postura egocéntrica.

Hasta aquí has revisado diferentes personalidades, que pueden encontrarse en los distintos grupos: escolares, de trabajo, sociales. Es importante poder identificar esta diversidad de personalidades, ya que a partir de ellas puedes desarrollar una serie de estrategias que te permitan generar dinámicas que promuevan aprendizajes o interacciones que, a la postre, redunden en climas adecuados para el desarrollo de los grupos.

Pero antes de eso, te invito a realizar la siguiente actividad.

Actividad 1. ¿De qué personalidad se trata?

Hasta aquí has revisado diversas personalidades que seguramente encontrarás al momento de trabajar con un grupo, pero ¿ya las reconoces todas? Te invito a comprobarlo.

Estrategias para abordar diferentes tipos de estudiantes

Si existen todas o algunas de las personalidades antes descritas en la misma clase, es evidente que se requiere atenderlas de acuerdo a sus características; de no hacerlo, podría propiciar que la dinámica de grupo se vea afectada por la falta de motivación. Según Chiavenato (2004), “la dinámica de grupo es la ‘suma de intereses’ de sus integrantes, la cual puede ser ‘activada’ mediante estímulos y motivaciones para lograr mayor armonía y relaciones humanas” (p. 113); por lo tanto, resulta necesario que quien esté a cargo del grupo implemente diversas estrategias, de acuerdo al tipo de alumnos y alumnas con quienes interactúe, para mantener activa la dinámica y permitir que las y los participantes se concentren en la adquisición de los aprendizajes propuestos. Retomando los aportes de Pérez de Villar y Torres (2007), a continuación, se presentan algunas estrategias para abordar cada uno de los nueve tipos de alumnos(as) previamente descritos.

Ahora que ya conoces a tu grupo…

Ya tuviste la oportunidad de convivir con tu grupo de 25 estudiantes y ahora que ya conoces algunas características de su personalidad, te preguntas: ¿Cómo voy a trabajar con ellos y ellas?

Aquí te dejo algunas estrategias que puedes aplicar, dependiendo de las diversas personalidades:

Discutidor(a)

  • Escuchar atentamente.
  • El profesor o profesora debe presentar las circunstancias que condicionan “lo perfecto y lo bueno”.
  • Pedirle una reflexión sobre una solución, pero teniendo en cuenta las circunstancias.
  • Pedirle que modere su participación para dejar la palabra a otros compañeros y compañeras.
  • Imponer la autoridad del profesor(a) en último extremo.

Positivo(a)

  • Reforzar con “Muy bien, correcto”, o asentimientos de cabeza, las intervenciones adecuadas.
  • Darle la palabra en momentos críticos (silencios, discusiones, etc.).

Sabelotodo

  • Valorar lo positivo de sus aportaciones.
  • Corregir claramente los errores.
  • Pedir respeto al turno de palabra.
  • Recomendar, tras su intervención, reflexionar sobre lo que se va a exponer.

Locuaz

  • Cortar en una respiración o pequeña pausa su intervención.
  • Recordar brevedad y concisión en las intervenciones.
  • Resaltar el desvío del tema y centrarlo de nuevo.
  • Respeto al turno de la palabra.

Tímido(a)

  • Otorgar la palabra directamente ante cuestiones muy fáciles.
  • No conformarse con una respuesta evasiva o monosilábica y seguir requiriendo su opinión o respuesta.
  • Pedir una repetición con el volumen de voz más elevado para que todos y todas lo/la oigan.
  • Reforzar positivamente su intervención por el solo hecho de producirse.
  • Corregir un error explicando las razones de por qué el alumno(a) probablemente lo habrá cometido (por ejemplo, “No lo expliqué suficientemente”, “Habrás pensado en este supuesto que también podría ser posible”, etc.).

Ausente

  • Darle la palabra con frecuencia.
  • Ante una actitud insistente preguntarle si está aburrido(a) o si tiene alguna preocupación personal grave.
  • No reflejar nuestra preocupación ni hacer referencia a su aislamiento por su ausencia hasta después de varios intentos de integración con preguntas directas a él/ella.
  • Reforzar positivamente su participación.
  • Mostrar naturalidad ante la repetición de la pregunta o puesta en situación del tema cuando manifieste que no estaba escuchando o que se había perdido.

Cerrado(a)

  • Exigirle la solución a un problema.
  • A través de sucesivas preguntas hacerle que llegue a la conclusión razonada de las consecuencias de la negativa a una propuesta.
  • Resalta la importancia de la colaboración de todas y todos los miembros de un grupo para lograr felizmente la meta.
  • Resaltar una cualidad positiva del “cerrado”, que es muy necesaria para el cumplimiento de la meta.
  • Reforzar cualquier manifestación positiva.

Pedante

  • Respetar el bagaje cultural del alumno(a).
  • Agradecer su intervención, pero pedirle que la repita en términos más sencillos, de forma que alguien que no haya tenido acceso a esos conocimientos le pueda entender, pues “No es sabio el que sabe mucho, sino el que sabe transmitir su sabiduría a los demás”.
  • Aprovechar las ideas buenas que aporta junto con otros y otras compañeras.
  • Pedir su opinión ante un tema que no domina y mantener la actitud de respeto a su aportación, de forma que deduzca que el respeto se dirige a su persona, no a su sabiduría.

Astuto(a)

  • Defender a tiempo a la posible víctima.
  • Cortar con autoridad un ataque personal velado o directo.
  • Reforzar las intervenciones sinceras.
  • Ponerlo en un aprieto, de forma que necesite la ayuda de los demás.

En este segundo apartado has encontrado un catálogo de diversas estrategias diseñadas para abordar las distintas personalidades que puedes identificar en el aula. Aunque éstas no son las únicas opciones disponibles, están orientadas a potenciar el aprendizaje según las características de cada participante del grupo. Es fundamental que recuerdes que puedes emplear una o varias de estas estrategias de manera conjunta, adaptándolas a cada situación para alcanzar los objetivos planteados.

Actividad 2. Estrategias para atender al estudiantado de acuerdo a su personalidad

En el aula, cada estudiante tiene características personales y estilos de aprendizaje únicos. Al adaptar las intervenciones a las personalidades de los estudiantes, se crea un ambiente inclusivo y motivador que potencia el aprendizaje. Te invito a reflexionar sobre diversas estrategias pedagógicas y seleccionar si son adecuadas o inadecuadas para atender a diferentes tipos de personalidad, con el fin de asegurar que cada estudiante pueda participar y aprender de manera efectiva.

A manera de cierre

Las características de la personalidad de los integrantes de un grupo y la influencia que éstas ejercen son aspectos cruciales para una adecuada gestión de los grupos. La literatura al respecto puede identificarse en las siguientes categorías: “dominancia versus sumisión (asertividad, dominancia, extraversión versus introversión, maquiavelismo, autocontrol, autoestima, ansiedad, depresión), amabilidad versus hostilidad (sociabilidad, afiliación e intimidad, aislamiento), aceptación/rechazo de la autoridad (autoritarismo), otras variables de personalidad (dependencia-independencia de campo, centro de control)” (Davies en Sánchez, 2002, p. 175). Por lo tanto, es fundamental tener en cuenta que la diversidad entre las y los participantes puede ser muy amplia al trabajar con grupos.

Aquí se ha presentado una de las muchas clasificaciones posibles sobre los miembros de un grupo, que ofrece algunas respuestas concretas; sin embargo, es igualmente importante que las profesoras y los profesores, o quienes estén a cargo de un grupo, continúen enriqueciendo estas propuestas, a partir de su experiencia en el aula. Se espera que lo aquí expuesto fomente una reflexión continua sobre la dinámica grupal, considerando las personalidades que la integran, con el objetivo de generar mayores oportunidades de aprendizaje.

Te felicito por finalizar esta UAPA y espero que la información te sea útil al momento de estar frente a tu grupo.

Personas felices

Autoevaluación. La tipología en tus grupos

En cualquier grupo de estudiantes es común encontrar diversas personalidades que requieren enfoques específicos para mejorar el ambiente de aprendizaje.

Reconocer las estrategias adecuadas para abordar a cada tipo de estudiante es esencial para fomentar una participación activa y respetuosa. En esta autoevaluación se te presenta una serie de casos que reflejan diferentes comportamientos en el aula.

Deberás identificar el tipo de estudiante en cada situación y seleccionar las estrategias más efectivas para optimizar la dinámica grupal y promover un entorno de aprendizaje armonioso. ¡Ponte a prueba!

Fuentes de información

Básicas

Cartwright, D. y Zander, A. (2014). Dinámica de grupos: Investigación y teoría. Trillas.

Chiavenato, I. (2004). Introducción a la teoría general de la administración. McGraw-Hill.

Delors, J. (1996.). Los cuatro pilares de la educación. En La educación encierra un tesoro. Informe a la Unesco de la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI (pp. 91-103). Santillana/Unesco.

Pérez, M. J. y Torres, C. (2007). Dinámica de grupos en formación de formadores: Casos prácticos. Herder.

Sánchez, J. (2002). Psicología de los grupos. Teorías, procesos y aplicaciones. McGraw-Hill.


Complementarias

Napier, R. y Gershenfeld, M. (2016). Grupos: teoría y experiencia. Trillas.

Cómo citar

García, L. (2025). Tipología de estudiantes desde la perspectiva de Pérez de Villar y Torres. Unidades de Apoyo para el Aprendizaje. CUAED/Facultad de Estudios Superiores Acatlán-UNAM. (Vínculo)