Comunicación de Riesgos Ambientales y Laborales

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Introducción


En la actualidad, los profesionales y organizaciones relacionados con la salud reconocen la estrecha relación que existe entre ésta y la calidad del medio ambiente en que nos encontramos. La pureza del aire respirable, del agua para uso humano, animal o de riego, la ausencia de contaminantes biológicos o químicos en los suelos e incluso la estabilidad del clima, pueden alterarse significativamente por las formas de producción y consumo de la sociedad, potenciándose algunos riesgos naturales (huracanes, deslaves, inundaciones, alteración del equilibrio de especies, entre otros) y generándose otros de origen netamente antropogénico (contaminación del aire, agua y suelo), por accidentes tecnológicos, derrames o disposición inadecuada de materiales, energía y residuos, los que representan una amenaza para la salud de la población, que no siempre está consciente de su exposición y peligrosidad.



Ilustración sobre la contaminación del medio ambiente

(s. a.) (s. f.). Contaminación del medio ambiente [ilustración]. Tomada de https://pixabay.com/es/illustrations/la-contaminaci%C3%B3n-el-medio-ambiente-3611969/




Integrar la comunicación de riesgos ambientales en las campañas de promoción de la salud en población abierta y trabajadora, para prevenir enfermedades o daños derivados de la exposición a los riesgos ambientales presentes en su entorno.

Riesgos ambientales y la salud


De acuerdo al informe de la Organización Mundial de la Salud (Preventing disease through healthy environments - towards an estimate of the environmental burden of disease), una cuarta parte de las enfermedades se relacionan con la exposición a riesgos ambientales que pudieron evitarse mediante una intervención intencionada y oportuna.

En el mundo, los grupos más susceptibles son los niños, ancianos y mujeres gestantes, considerándose que, en el caso de menores de cinco años, más de una tercera parte de las enfermedades que padecen se debe a la exposición a riesgos ambientales.

Para que los profesionales de la salud puedan hacer una intervención apropiada y oportuna, es necesario tener claridad sobre esas condiciones ambientales que pueden producir el daño en la salud y sus orígenes y causas. También deberemos conocer aquellas herramientas y métodos que nos permitan hacerlos del conocimiento de la comunidad y que promuevan un cambio de conducta orientado a la prevención y la eliminación de esos factores nocivos.

Desde el abordaje de las ciencias ambientales, incluida la salud ambiental, a estos factores nocivos se les denomina “riesgos ambientales” y representan la posibilidad de producir daños individuales o colectivos derivados de un fenómeno natural o causados por la acción humana. En estos casos estamos hablando de riesgos naturales o riesgos antropogénicos, respectivamente.

Los riesgos naturales son aquellos producidos por los fenómenos naturales que se presentan como resultado de los procesos dinámicos geológicos o climáticos de nuestro planeta, como las erupciones volcánicas, los terremotos o las tormentas y huracanes.

Huracán

(s. a.) (s. f.). Igor Julia Karl septiembre 2010 [fotografía]. Tomada de https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Igor_Julia_Karl_sept_16_2010_1445Z.jpg



En tanto que los riesgos de origen antropogénicos se relacionan con las actividades humanas que han alterado el medio ambiente por la extracción o uso de recursos naturales (por ejemplo, deforestación, desvío de cauces para construcción de presas), la emisión de partículas o de energía a la atmósfera (contaminación del aire y cambio climático), la generación de desechos que alteran la composición de suelos y cuerpos de agua, e incluso accidentes que modifican abruptamente el ecosistema por la liberación descontrolada o imprevista de materiales o energía (explosiones y derrames de sustancias tóxicas).

Notable contaminación en el aire

(s. a.) (s. f.). Contaminación del aire [fotografía]. Tomada de https://www.google.com/search?rlz=1C1HLDY_esMX762MX764&biw=1600&bih=740&tbs=sur%3Afc&tbm=isch&sa=1&ei=7PzMXM_pHuOt0PEP0eqXiA0&q=contaminacion+del+aire+wikipedia&oq=contaminacion+del+aire+wikipedia&gs_l=img.3...21092.24457..25047...0.0..0.0.0.......1....1..gws-wiz-img.FALC5KpSVOA#imgrc=YhlyLxHY9AL07M:



Estos sucesos, por su potencial de afectación de la integridad o la salud de las personas, pueden, incluso, tener alcances catastróficos y generan preocupación y temor en la población, por su diversidad y frecuencia.

¿Qué es la comunicación de riesgos ambientales?

La comunicación de riesgo es el proceso en el que se realiza un intercambio de información (prevención, recomendaciones y expectativas de comportamiento de un fenómeno riesgoso en particular), relacionada con la salud o bienestar económico o social de una población expuesta, entre autoridades y dicha población. Involucra, necesariamente, las opiniones de los expertos y las personas que se enfrentan al riesgo, de tal manera que puedan tomar decisiones informadas para mitigar sus efectos y tomar las medidas y acciones de prevención, protección y mitigación apropiadas.

La comunicación eficaz aclara concepciones erróneas ayudando a que la gente tome decisiones basadas en información completa y específica. También minimiza el resentimiento de las personas que se sienten excluidas de las políticas de salud y ayuda a mantener las normas o cambiar el status quo, logrando reducir la morbilidad y salvar vidas (Organización Panamericana de la Salud, 2016).



Al comunicar los riesgos ambientales, se debe tener claro “qué” es lo que se va a comunicar, es decir, cuál va a ser el mensaje, que deberá ser claro, preciso y directo para evitar confusiones o desconfianza.

También deberá considerarse a “quién” se le va a informar, es decir, las características culturales, sociales e incluso de instrucción de las personas expuestas al riesgo, de tal manera que lo “que” se comunique sea entendido correctamente y se eviten las barreras de comunicación relacionadas con el lenguaje, las creencias e incluso la organización social.

Es imprescindible que “quien” emita el mensaje lo haga de tal manera que se genere confianza y certidumbre sobre lo que se comunica, es decir, que se exprese de manera honesta para evitar los prejuicios. Puede ser necesaria la intervención de los expertos, las autoridades e incluso los representantes de los afectados para asegurar la credibilidad de los actores y el mensaje.

Otro elemento importante para considerar es el medio o medios por los que se realizará la comunicación de riesgos, ya que comúnmente se utilizarán tanto los medios de comunicación social como los medios de comunicación masiva, e incluso aquellos medios dirigidos o propiedad de grupos de interés o comunitarios.

Sin la correcta comprensión de las percepciones que las partes interesadas tienen sobre el riesgo al que están expuestas, incluyendo sus preocupaciones, creencias, conocimientos y actividades que pueden ser afectadas, no se logrará un proceso de comunicación efectiva, por lo que es indispensable, que desde el principio, se facilite la recepción de comentarios e interpretaciones (retroinformación) de la comunidad a lo expresado por el emisor, de tal manera que desde un inicio se aclaren y contengan rumores, desinformación e incluso mal-información de cualquiera de las partes interesadas.



Esquema sobre el proceso de la comunicación

Esquema 1. Proceso de comunicación

(s. a.) (2016). Proceso de comunicación - monografías [esquema]. Tomado de https://www.bing.com/images/search?view=detailV2&ccid=R5N%2bo5ea&id=7ECC5FD7734E1B7CD8BCB7B1E3151763F570C35E&thid=OIP.R5N-o5eaEXT-NZZT1PH5MAHaEs&mediaurl=https%3a%2f%2fwww.monografias.com%2ftrabajos82%2fproceso-comunicacion-organizacional%2fimage002.jpg&exph=391&expw=616&q=proceso+de+comunicaci%c3%b3n&simid=607988340435124355&selectedIndex=3&qpvt=proceso+de+comunicaci%c3%b3n&ajaxhist=0





¿Por qué es importante la comunicación de riesgos ambientales?


Partiendo del reconocimiento del derecho de las personas a saber a qué riesgos están expuestos, a cómo proteger su salud y asumir la responsabilidad de tomar decisiones informadas para protegerse a sí mismas y a su comunidad, la comunicación de riesgos es una actividad imprescindible ante una emergencia de salud pública, independiente de su origen (natural o antropogénico), dado que si el proceso es eficaz, se contribuye a salvar vidas, reducir la propagación de enfermedades e incluso permite a las comunidades y países mantener su estabilidad social, económica y política ante los efectos de las emergencias.

Por ello es por lo que los países, miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se han comprometido a desarrollar su capacidad de comunicación de riesgos, para prevenir la propagación internacional de enfermedades y la extensión de otros peligros, siendo esta una de las seis capacidades básicas requeridas por el Reglamento Sanitario Internacional a los países.

Nota: El Reglamento Sanitario Internacional (RSI) es un instrumento jurídico internacional de carácter vinculante para 194 países, entre ellos todos los Estados miembros de la OMS. Tiene por objeto ayudar a la comunidad internacional a prevenir y afrontar riesgos agudos de salud pública susceptibles de atravesar fronteras y amenazar a poblaciones de todo el mundo. El RSI entró en vigor el 15 de junio de 2007 y obliga a los países a reforzar sus medios actuales de vigilancia y respuesta sanitarias para poder detectar, notificar y controlar los eventos de salud pública. El hecho de que todo evento de salud pública sea notificado a tiempo y de forma abierta hará del mundo un lugar más seguro.

¿En qué se basa la comunicación de riesgos ambientales?


Es importante tener presente que la comunicación de riesgos ambientales es parte de la gestión del riesgo ambiental, siendo indispensable que se haya realizado o esté en desarrollo el análisis de este riesgo para proveer información confiable en la medida que el desarrollo de la emergencia y el conocimiento existente sobre ella lo permita.

La gestión o administración del riesgo es un proceso en el que a partir de un contexto determinado (social, económico, cultural, natural, etc.), en el que se identifica la presencia de una amenaza ambiental de origen natural o antropogénico para los individuos de una población, se analiza el alcance del mismo y se evalúan sus posibles repercusiones, lo que dará paso a las intervenciones (gubernamentales, sociales, científicas, etc.) que prevengan o minimicen sus impactos en la comunidad, evaluándose al final de la gestión su eficacia para reducir los daños potenciales o esperados.



 Esquema sobre el proceso de la administración del riesgo

Esquema 2. Proceso de Administración del Riesgo

(s. a.) (2012). Figura1. Proceso de Administración del Riesgo [esquema]. Tomado de https://www.bing.com/images/search?q=diagrama+de+proceso+de+comunicaci%c3%b3n+de+riesgos&qpvt=diagrama+de+proceso+de+comunicaci%c3%b3n+de+riesgos&FORM=IGRE





La comunicación de riesgo es eficaz cuando se basa en la confianza entre los que saben (expertos), los responsables (autoridades) y los afectados. Sin confianza, es poco probable que las personas sigan las indicaciones o recomendaciones. Que tanto las autoridades, como los expertos escuchen y comprendan las inquietudes, expectativas, creencias, preocupaciones e interpretaciones de la gente, es tan importante como proporcionarles evidencias y orientación.

Explicar honestamente lo que se conoce sobre la naturaleza del riesgo y admitir lo que es incierto es esencial. La credibilidad de los que dan información y recomendaciones; su empatía e identificación con el público, son factores que hacen eficaz a la comunicación de riesgo.

El proceso de comunicación de riesgo debe ser entonces un componente de la gestión integral de riesgos, obteniendo su información, tanto de la evaluación como de la gestión de riesgos, pero a la vez retroalimentando a estos procesos para adecuarlos a las condiciones específicas de la comunidad.



Esquema de la comunicación de riesgos

Esquema 3. Comunicación de riesgos

CUAED. (2019). Comunicación de riesgos [esquema].

¿Cómo elaborar un plan de comunicación de riesgos ambientales?


El plan de comunicación de riesgos para la salud es un auxiliar indispensable para hacer una adecuada aproximación a la situación, mantener la sistematización de la información y asegurar la consistencia de los mensajes.

Lo ideal es que tanto los responsables de la gestión de la salud y el ambiente (autoridades, expertos, representantes de la comunidad), como de las organizaciones, que pudieran generar impactos ambientales significativos derivados de su operación o accidentes en la misma (minería, refinerías, petroquímica, almacenaje de granos, manejo de residuos peligrosos, entre otros), ante la posibilidad de fenómenos naturales o de origen antropogénico que pudieran poner en riesgo la salud y el ambiente, desarrollen un plan de comunicación de riesgos.

No obstante lo anterior, si no se cuenta con un plan y se presenta una situación de emergencia o crisis de salud o ambiental se debería generar una estrategia de comunicación apropiada al evento y ésta debería basarse en el conocimiento de la comunidad afectada, ser un mecanismo eficaz para conocer y responder a las preocupaciones de la comunidad, utilizar las técnicas de comunicación, y determinar los mensajes, métodos y cronograma de actividades, con un enfoque de acercamiento con los afectados.

A continuación, se enlistan los componentes sugeridos en la elaboración de un plan de comunicación de riesgos:

  • Introducción
  • Propósito del plan
  • Enfoque del plan
  • Antecedentes del riesgo
  • Autoridad, organización o institución responsable de organizar el plan y emitir el/los mensaje(s)
  • Objetivos específicos
  • Perfil de la audiencia
  • Estrategias de comunicación de riesgos
  • Cronograma y recursos
  • Comunicación interna


El plan o la estrategia siempre deberá desarrollarse antes de presentarse ante la comunidad afectada y cuyo objetivo sea preciso y específico. También deberá ser flexible y considerar situaciones imprevistas al presentarse ante la audiencia.

El plan deberá ser revisado y actualizado en caso de que se presenten cambios no previstos o nuevas situaciones de riesgo.

Es deseable que tanto el plan como su puesta en práctica se documenten, registrando toda la información relevante de tal manera que pueda ser utilizada conforme sea necesario.

Los componentes del plan de comunicación de riesgos son los siguientes:

En este apartado se deberá describir cuál es la problemática a enfrentar (derrames, dispersión o presencia de agentes químicos, físicos, biológicos), quiénes son los responsables de la elaboración y aplicación de plan, las características de la comunidad que se puede afectar o está siendo afectada, identificando tanto los grupos de alto riesgo, como a las dependencias gubernamentales, académicas, civiles y medios de comunicación que apoyarán el desarrollo del plan, el tiempo requerido para este desarrollo y su forma de evaluación.


Este elemento debe estar orientado a proporcionar a la comunidad la información requerida para la toma de decisiones en relación con su salud o medio ambiente. Al elaborar este apartado, deberán considerarse todos aquellos factores que puedan influir en la elaboración y desarrollo del plan, como las características de la organización, los aspectos legales, las expectativas de la comunidad y el tipo de riesgo.


Es importante establecer con precisión si el plan está dirigido a la prevención de riesgos o a la comunicación para la búsqueda de consensos para la acción o respuesta ante la emergencia o a la atención de una crisis de salud o ambiental.


En este apartado deberá describirse con precisión en qué consiste el riesgo, señalando con claridad su fuente y características, así como quiénes (grupos etarios, comunidades, sectores) y en qué forma pueden resultar afectados.

Al obtener la información sobre los antecedentes del riesgo para la salud y su comunidad, deberá recurrirse tanto a las dependencias gubernamentales como a las comunidades (secretarías o departamentos de salud, servicios de salud estatales o municipales, hospitales locales, comunidades médicas, medios de comunicación locales), ya que podrán tener diversos puntos de vista o información de fuentes diversas que debieran complementarse.

Asimismo, la información a obtener y proporcionar debe ser apropiada a las características o perfiles de la audiencia, dado que pueden existir diferencias ellos, derivadas del nivel educativo, ubicación, participación o afectación que pueda presentarse.


Ante las emergencias es de esperarse el involucramiento de diversas organizaciones, tanto del sector público como privado y social. Adicionalmente entre las entidades gubernamentales participarán los diversos órdenes de gobierno, con funciones diversas, como atender las urgencias de salud, reconstrucción de infraestructura o recuperación de servicios, por lo que el plan de comunicación de riesgos debe dejar claro bajo qué disposiciones legales se aplica, así como vincularse claramente con las actividades sustantivas de la o las organizaciones que lo apliquen, de tal forma que cada una de ellas desarrolle su asignación y provea la información relacionada, así como para que se alcance a todos los grupos en riesgo potencial. No debe olvidarse que la falta de consenso sobre roles y responsabilidades representa un obstáculo relevante en la comunicación durante las emergencias.


Los objetivos determinarán la estructuración del programa, su forma de implantación y su evaluación, por lo que es fundamental que sean específicos y apropiados a la situación, alcanzables en un tiempo determinado, así como tener la posibilidad de ser evaluados.


Cada segmento o sector de la población puede tener diferentes expectativas, inquietudes, necesidades e intereses y expresarlos o no abiertamente, por lo que deberá asegurarse que no se califica a un público sólo por las opiniones de un grupo o por aquellos individuos que se hacen notar.

Si es conveniente, el plan deberá considerar la división de las audiencias en función de sus coincidencias, creencias, opiniones, inquietudes, edad, género, profesiones, ubicación, etc.

Entre los diferentes segmentos que podemos encontrar en una población estará la comunidad residencial, la comunidad comercial o de negocios, por lo que no deberá descuidarse la forma de obtener la información de la audiencia y sus sectores o subsectores, de tal forma que se incluyan las características específicas de ellos, ya que será muy posible que sea necesario desarrollar diferentes mensajes y herramientas de comunicación, para llegar a ellos, entregar la información y recibir su retroalimentación.

A su vez, se tiene claramente descrito que los segmentos de la comunidad o “públicos” diversos responden diferenciadamente ante una situación que les afecta, debido a la forma en que la perciben o el alcance de su afectación. Los públicos responden positiva o negativamente a un asunto que les afecta, según la percepción y la relevancia que ese asunto tenga con la vida de las personas. Así es común que, ante un problema de salud, la población busque información con los expertos, pero cuando se afecta la salud de los niños, la población puede reaccionar enérgicamente en contra de quienes considere responsables de poner en riesgo la salud o de las autoridades que consideren han tenido actuaciones insuficientes.

Otros elementos por lo que puede expresarse de forma diferenciada una comunidad pueden ser la seguridad, el valor de las propiedades o la afectación al uso de suelo, paisajes y condiciones estéticas, turismo, desarrollo comercial y áreas verdes.

Generalmente se recomienda que una vez definidas las audiencias a la que pretende llegar, se dividan en grupo principal o primario y de influencia o secundario. El grupo objetivo primario será aquél en el que se encuentran las personas sobre las que se quiere influir con los mensajes, en tanto que el grupo secundario incluye a aquellos que tienen influencia sobre el grupo primario.

Esta clasificación por grupos también permite fijar las prioridades de comunicación, facilitando identificar a los segmentos que sean más o menos importantes en función de su influencia sobre la comunidad, lo que facilita la toma de decisiones sobre los mensajes y su distribución, los canales de comunicación y el uso eficiente de los recursos disponibles para el programa.


Dependerán de los públicos objetivo, su nivel cultural, educativo, género, edad e incluso aspecto religioso e intereses económicos y políticos, debiendo, en todos los casos, ser sujetas de evaluación y haber sido validadas previamente y en relación con los objetivos del plan.


Es indispensable la evaluación del plan de comunicación de riesgos para determinar su efectividad. Permite obtener retroalimentación para saber si los mensajes de riesgo son recibidos, entendidos e internalizados por las personas a las cuales se dirigieron y si se alcanzaron los objetivos.

Los resultados de evaluación permitirán establecer los cambios y adecuaciones necesarias para lograr que el plan sea más efectivo para el logro de sus objetivos, así como de la eficiencia en el uso de los recursos de la organización u organizaciones participantes, indicando las limitaciones y obstáculos que llevan a desviaciones o incumplimientos.

La evaluación deberá incluir siempre la medición de la modificación de conducta del público objetivo en función del antes y después de la aplicación del plan o estrategia, considerando si la audiencia entiende los mensajes, está de acuerdo con la interpretación o recomendaciones emitidas, si las personas expuestas al riesgo están más dispuestas a responder preventiva o proactivamente ante la amenaza y si el mensaje fue entendido y aceptado como útil y preciso (modificado de Weinstein y Sandman, 1993, pp. 103-114.)


El plan deberá contar con un apartado en el que se indiquen los recursos que serán aplicados en su implementación, incluyendo aspectos de logística, desglosándose lo más ampliamente posible, así como los periodos de tiempo en que se realizará cada una de las actividades.


Actividad. Comunicación de riesgos ambientales

La comunicación de riesgos ambientales es un proceso dinámico en el que intervienen personas, comunidades u organizaciones, con la intención de intercambiar información con respecto a las amenazas a la salud y al medio ambiente y que se originan ya sea en el entorno mismo, producto de fenómenos naturales o como resultados de su alteración o impacto por causas humanas, es decir, de origen antropogénico.

En la actualidad, los profesionales y organizaciones relacionados con la salud reconocemos la estrecha relación que existe entre ésta y la calidad del medio ambiente en que nos encontramos. La limpieza del aire que podemos respirar, la pureza del agua que consumimos o utilizamos para preparar alimentos, asearnos o para regar los cultivos y alimentar a los animales de granja, la presencia de contaminantes biológicos o químicos en los suelos, por la disposición de residuos de origen humano, animal o industrial; la exposición inusual a radiaciones, ya sea de fuentes naturales o artificiales, e incluso las modificaciones del clima debidas a las formas en que la humanidad obtiene, consume y desecha los recursos requeridos para subsistir, dependen de la capacidad del entorno para proveerlos con la características mínimas requeridas para mantener la óptima funcionalidad de nuestro cuerpo y de la sociedad.

Antes de comenzar esta actividad es necesario que leas detenidamente Diseño y Aplicación de un Programa de Comunicación de Riesgos para la Salud Ambiental Infantil en un Sitio Contaminado con Plomo y Arsénico.

Una vez que finalizaste la lectura, podrás responder las siguientes aseveraciones relacionadas con el caso y los temas revisados.



Autoevaluación. Síntesis de la comunicación de riesgos ambientales

La identificación de los riesgos ambientales presentes en una comunidad o región y su comunicación a los habitantes expuestos en la misma, deben ser parte de las actividades de promoción de la salud y la prevención de enfermedades, por lo que es de gran utilidad para el personal médico y paramédico, participar en el desarrollo de procesos de comunicación de riesgos ambientales, identificando sus componentes indispensables para que sean efectivos.


Fuentes de información

Básicas

OMS. (2007). Reglamento Sanitario Internacional. Consultado de http://www.who.int/topics/international_health_regulations/es/

Organización Panamericana de la Salud. (2016). Comunicación de riesgo y brotes. Consultado de https://www.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=11583:2016-risk-outbreak-communication-more-information&Itemid=41684&lang=es

Organización Panamericana de la Salud. (s. f.). Curso de autoaprendizaje en comunicación de riesgos. Consultado de http://www.bvsde.paho.org/cursocr/e/modulo3.php

Torres, R., Díaz, F., Carrizales, L., Coronado, C. Moreno A., Nieto L., et ál. (2002). Organización Mundial de la Salud. Diseño y Aplicación de un Programa de Comunicación de Riesgos para la Salud Ambiental Infantil en un Sitio Contaminado con Plomo y Arsénico. Consultado de http://www.bvsde.paho.org/cursocr/e/modulo3_EstudioCaso.php

(s. a.) (2012). Diagrama de proceso de comunicación de riesgos. Consultado de https://www.bing.com/images/search?q=diagrama+de+proceso+de+comunicaci%c3%b3n+de+riesgos&qpvt=diagrama+de+proceso+de+comunicaci%c3%b3n+de+riesgos&FORM=IGRE

(s. a.) (2016). Proceso de comunicación [monografías]. Consultado de https://www.bing.com/images/search?view=detailV2&ccid=R5N%2bo5ea&id=7ECC5FD7734E1B7CD8BCB7B1E3151763F570C35E&thid=OIP.R5N-o5eaEXT-NZZT1PH5MAHaEs&mediaurl=https%3a%2f%2fwww.monografias.com%2ftrabajos82%2fproceso-comunicacion-organizacional%2fimage002.jpg&exph=391&expw=616&q=proceso+de+comunicaci%c3%b3n&simid=607988340435124355&selectedIndex=3&qpvt=proceso+de+comunicaci%c3%b3n&ajaxhist=0


Complementarias

Weinstein, N. D. y Sandman, P. M. (1993). Some criteria for evaluating risk messages. Risk Analysis, 13(1), 103-114.

Cómo citar

España, F. A. (2018). Comunicación de riesgos ambientales y laborales. Unidades de Apoyo para el Aprendizaje. CUAED/Facultad de Medicina-UNAM. Consultado el (fecha) de (vínculo)